Este sábado, Meghan Markle y el Príncipe Harry contrajeron matrimonio en la capilla Saint George y se convirtieron en duques de Sussex.
El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, fue el encargado de declararlos marido y mujer, en una ceremonia en la iglesia San Jorge de Windsor. Boda en la que Harry dejó un asiento vacío para su madre, Diana de Gales.
Pero sin duda, la imagen que dio vuelta al mundo fue el beso de la pareja que, tal como estaba anunciado en el protocolo, cumplió a perfección con todos los horarios pactados.
En cuanto al look de la novia, Meghan Markle, se lució con un vestido blanco diseñado por la británica Clare Waight Keller para Givenchy, con escote barco, velo y el pelo recogido con una tiara.
Al finalizar la ceremonia, los recientemente designados Duques de Sussex realizaron el primer paseo recibiendo todo el cariño de la gente, siendo ovacionados.