El 21 de abril pasado, Claudia Schmidt se casó con John Bogdan, un empresario que reside en Estados Unidos y con el que se comprometió al poco tiempo de haberlo conocido en el cumpleaños de su amigo, Leonardo Farkas.
Pero pese a que la panelista del programa «Intrusos» ha declarado en reiteradas ocasiones que está profundamente enamorada, la relación de ambos es muy atípica, ya que desde que contrajeron matrimonio, se han visto sólo dos veces.
Esto porque John dirige sus negocios desde Estados Unidos, mientras que Claudia tiene su trabajo acá en Chile, así lo reveló ella al diario Las Últimas Noticias, medio al que señaló que se ven cada dos semanas para mantener vivo el amor.
Por lo anterior, es que trata de ordenar sus vacaciones y así aprovechar la mayor cantidad de días posibles junto a su esposo. Ella aseguró que «es como estar en una luna de miel eterna, donde gozamos harto los momentos que estamos juntos, lo tratamos de pasar bien», declaró la opinóloga uruguaya.
Pero para ella lo mejor es que «no existe el tema de la rutina que mata muchos matrimonios», ya que cuando se ven «todo es felicidad».
Además, Schmidt añadió que no siente ansiedad por estar sola ya que está acostumbrada a manejar así las cosas. Claudia tiene dos hijos de 9 y 10 años, por lo que no ha visto la posibilidad de radicarse en otro país por el momento.
«Hemos hablado de que él venga a quedarse un mes y trabaje desde acá (…) Por ahora estoy muy feliz con mi vida, muy organizada e irme a vivir a otro país sería una decisión muy fuerte», aseguró Claudia Schmidt.
Sin embargo, este no ha sido el único impedimento que ha debido superar la pareja, ya que el tema del idioma también ha sido complejo para ellos. Ella no habla mucho inglés, por eso ha debido recurrir al traductor Google, lo que le ha jugado malas pasadas cuando las oraciones son más largas, ya que le entrega significados diferentes.
«Él habla un poco de español, está practicando. A veces me frustra no poder comunicarme, por otro lado también es mucho más entretenido así, porque uno se limita a hablar lo realmente importante», concluyó.