Feliz y enamorada se había mostrado Oriana Marzoli tras su bullada ruptura con Luis Mateucci. Y es que, tras las fuertes declaraciones cruzadas que ambos tuvieron a través de redes sociales y los medios españoles, la ex chica terrible de los reality shows de Mega encontró nuevamente el amor junto a un guapo joven llamado Pablo Zamora.
Nacido en España, escritor y amante de los deportes y los tatuajes, él también usó las plataformas digitales para gritar su amor a los cuatro vientos, pero de un momento a otro las cosas cambiaron.
Si bien la venezolana había admitido un distanciamiento entre ellos, finalmente declaró al sitio Mtmad que todo acabó, pues él tomó la decisión de dar el romance por terminado.
«Ya he llorado una semana. Demasiado. Hoy me muestro más dura porque yo soy radical: ‘va a ser una semana mal’, pero al día siguiente ¡pum! ya está y me he olvidado, en serio», se sinceró.
Además, quiso aclarar a sus seguidores que ella no hizo nada malo como para que la botaran. «No he sido infiel, he respetado a muerte, he dado todo de mí. He sido ‘Ori’ y no Oriana Marzoli, que es una niña que no sale en televisión, es alguien con muchos sentimientos y bondad. Me da rabia que la gente no valora nada», señaló.
«He cometido errores, no soy perfecta… pero no son una excusa como para dejar una relación. Son chorradas del tipo que si me duele la cabeza y tengo un mal día, como persona real que soy, no voy a sonreír, porque eso requiere mover los músculos de la boca y la tensión que tengo en la mandíbula se me va a la cabeza… y no puedo más. Aun así, yo hacía un esfuerzo sobrenatural porque quería estar con mi pareja. Ese tipo de detalles son los que han ido ‘matando la relación’. Para mí eso es una gilipollez, pero para otros es el fin del mundo», explicó posteriormente.
Por lo mismo, dijo que no quiere juzgar la determinación de su ex pareja, aunque ella sí intentó volver con él y recibió una negativa. «Me sentí súper arrastrada, súper humillada y muy tonta. Un amigo suyo me decía que no me sintiera así porque fui una persona valiente, con las narices para presentarme delante de alguien que no quiere estar conmigo y luchar para estar juntos», comentó.
Finalmente, añadió que este quiebre inesperado generó en ella unas tremendas ganas de tirar todo a la basura, eliminando todo rastro de la relación. «No existe en tu vida. Ni las cartas, ni las dedicatorias, ni los poemas… Las palabras se las lleva el viento. Me importan tres mierdas las palabras».