El sentido mea culpa de Pancho Saavedra: «Estuve un tiempo consumiendo cocaína; es algo que todavía me duele»

Una gran sorpresa se llevaron los seguidores de Francisco Saavedra al leer la sección ‘Lecciones de vida’ que publicó este mes la Revista Capital. Y es que, a través de un largo y sincero texto, el animador de «Lugares que hablan» dejó al descubierto algunos pasajes de su vida que pocas veces ha abordado en televisión.

«Yo he sido una persona muy afortunada. Mi familia tenía una carnicería y nos iba bien. Nunca me faltó nada… Todo eso me hizo madurar. De mi familia aprendí que todo se consigue trabajando. Es verdad que a veces hay golpes de suerte o que uno está justo en el lugar adecuado, pero hay que trabajar, levantarse temprano. Yo soy muy trabajólico y me cuesta ponerme límites con eso», señaló el rostro de Canal 13, refiriéndose también a la reciente campaña que lanzó en redes sociales bajo el nombre #AbriguemosChile, con la que busca ayudar a personas en situación de calle a pasar las frías noches de invierno.

Sin embargo, fue otra la revelación que causó impacto en la web, ya que Pancho Saavedra hizo un fuerte mea culpa al referirse a un oscuro período de su vida, donde cometió un gran error.

«Mi primer año en la universidad no fue bueno. Caí en la droga. No meses, pero sí estuve un tiempo consumiendo cocaína, hasta que una prima me acusó con mis papás. Y ellos llegaron un día de improviso al departamento donde yo y una amiga vivíamos. Fue tremendo», relató el comunicador.

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Y agregó: «Fuimos a una clínica de rehabilitación. El tratamiento costaba 18 millones de pesos. Mi papá le dijo a mi mamá que si vendía un camión podría juntar esa plata. Yo lo vi llorar. Conociéndome, sé que habría parado, pero eso es algo que todavía me duele».

Finalmente, Francisco Saavedra recalcó que no le gusta hablar de su vida privada, y que prefiere separar ese ámbito de la exposición que tiene por trabajar en la pantalla chica.

«Ahora tengo 41 años y siento que me han pasado tantas cosas. Sobre todo, que he aprendido a ponerme en el lugar de la gente. ‘Lugares que hablan’ me ha enseñado que los problemas míos no son nada», concluyó.