El próximo sábado Chilevisión emitirá un nuevo capítulo de su programa «La Divina Comida», el que contará con los siguientes invitados: María Eugenia ‘Kenita’ Larraín, Iván Cabrera, Jacqueline Pardo y Felipe Izquierdo.
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Contexto en que el ex chico «Yingo« recordará el origen de su sobrenombre ‘Potro’ y Pardo se emocionará al hablar de la reciente partida de un querido hermano, entre otros temas personales.
Y en una de las veladas, Kenita le preguntó a Iván Cabrera sobre cómo le afectó la pandemia y el bailarín reveló que tuvo dificultades para sobrevivir económicamente, relatando cómo se las ingenió para poder pagar la pensión alimenticia de sus dos hijos.
«Estaba viviendo acá en Santiago con full trabajo y nosotros nos vimos afectados mucho antes de la pandemia, que fue con el estallido social. De hecho, yo el 18 de octubre empiezo a recibir puros mensajes de que los eventos se habían postergado, que no lo podía creer», recordó el actual pololo de Gala Caldirola.
Agregando que «luego, cuando hay un pequeño atisbo de que las cosas van a empezar a ir mejor en febrero, por ahí, se va a reactivar todo, empieza la pega de nuevo y todo el asunto, empieza este virus (COVID), este bicharraco, que nos atormentó tanto, y no había pega».
«Los ahorros se empiezan a ir también, me había separado también, por ende tenía que cumplir con una pensión mensual y no trabajando en lo que yo siempre hago se hacía muy difícil, porque igual eran muchas responsabilidades y platas que tenía que pagar», continuó relatando Iván Cabrera.
El bailarín dijo que cuando se separó «me arrendé un departamento, en ese momento lo podía pagar sin ningún tipo de problema, pero después tuve que priorizar, dije ‘a ver, si tengo un departamento en Viña del Mar, que afortunadamente está pagado, solo gasto en gasto común y cuentas básicas’, dije ‘mejor me voy para Viña del Mar'».
Sin embargo, esta decisión fue muy dura para él, ya que significaría alejarse de sus hijos. «Aunque estemos a una hora y algo, y ahí empecé a llevarme a mis hijos dos semanas para allá y empezar a hacer clases de zumba a empresas. Ya tampoco eran los mismos valores y (tenía) muchos horarios, entonces estaba todo el día a full», dijo al respecto.
«La pasé bastante mal, había momentos en que no había plata, no entraba nada, se me iban todas las lucas», continuó contando Iván Cabrera.
«Las poquitas lucas que había eran principalmente para mis hijos. Lo digo sin ningún tipo de vergüenza ni nada, muchas veces tenía que hacerme arroz con huevo no más, que es exquisito en todo caso, pero no había otra posibilidad; pero mis hijos estaban bien, no necesitaban nada», finalizó.