La cantante Katherine Orellana entregó detalles de su nueva vida tras estar cuatro meses internada en rehabilitación.
Recordemos que el año pasado, la ex «Rojo» estuvo conversando con «Sígueme y te sigo», donde reveló detalles de la depresión que sufre y el motivo por el cual rechazó la rehabilitación que Daniel Fuenzalida le ofreció. «Las rehabilitaciones son tan monótonas… aprendes más h..ás, en realidad», dijo en aquel momento.
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Y ahora, nuevamente en el programa de TV+ contó que se encuentra tomando terapia en un centro de rehabilitación llamado ‘Creere Chile’, una comunidad terapéutica privada sin fines de lucro.
Proceso sobre el que Katherine señaló: «ha sido muy lindo, un proceso donde me estoy reencontrando conmigo misma», admitiendo que «nunca pensé que iba a tomar la decisión, porque la última vez que estuvimos conversando me acuerdo que yo no quería nada. Estaba enojada con la vida, conmigo, con las circunstancias».
Contexto en que relató cómo llegó al centro de rehabilitación y cómo era su vida previo a este proceso, indicando que «tomaba todos los días….tomaba vino, porque no me alcanzaba para más. Yo creo que tomaba entre cuatro-seis litros diarios. Llega un punto donde ya no sabes que hacer. Yo lo único que quería era beber y dormir. Me deterioré y me sentí con ganas de no seguir viviendo».
Reconociendo que decidió pedir ayuda cuando notó que la situación se salió de control: «Ya estaba hecha pebre, me sentí muy sola, porque me venía mandando condoros tras condoros, subía cosas a Instagram, me retaba la gente por subir tantas cosas. Yo estaba pérdida, no sabía para dónde ir. De cierta forma gritaba ayuda, pero no la quería recibir», dijo Kathy, indicando que su pareja ha sido parte fundamental en su tratamiento, al igual que su hijo, a quien no ve, pero aseguró que es su «motor de lucha».
«Mi droga madre, por decirlo así, es el alcohol. Yo soy alcohólica. Voy a ser alcohólica toda mi vida», lanzó como reflexión, sentenciando que «no voy a estar capacitada nunca para controlarlo, para el resto de mi vida (…) una adicción siempre va a estar latente».