Aún se sigue investigando la muerte de Anahí Espíndola, joven de 22 años que desapareció el 4 de enero y posteriormente su cuerpo sin vida fue hallado en roqueríos de Avenida Perú, Viña del Mar.
En conversación con El Mercurio, el investigador criminalista y perito Jaime Brieba Quintana se ofreció para investigar el hecho y de paso entregó su hipótesis sobre el fallecimiento de la joven.
Recordemos que el cuerpo de Anahí todavía no es entregado a su familia, ya que se encuentra en un estado en el que es muy difícil determinar qué fue lo que pasó.
«Desde el lugar donde se rompe la ola, donde están las rocas, al llegar al socavón donde fue encontrada, son por lo menos algunos metros que, para poder arrastrarse el cuerpo y llegar justo a ese socavón, es imposible», comenzó diciendo.
Ante esto, el hombre descartó la posibilidad de una muerte accidental: «Lo encuentro imposible desde el punto de vista del tamaño del socavón para poder meterse. La entrada es muy estrecha. Imposible caer ahí de cabeza con todo el cuerpo».
«Desde mi punto de vista, es imposible que el cuerpo hubiera sido arrastrado. Para mí que lo pusieron. Esa es mi hipótesis. Pusieron el cuerpo, porque el día anterior no había nada. Habían pasado muchas veces por ahí, buscando», añadió.
Además, el detective señaló que una de las pruebas para determinar si Anahí murió ahogada es «a través de la medición de diatomeas, que son microalgas que cuando una persona muere ahogada, traga agua y estas microalgas quedan en los pulmones».