Un reciente pronunciamiento de la Corte Suprema avaló la sentencia de la Corte de Apelaciones de Copiapó y dejó un mensaje lapidario: si mantienes tu sesión de WhatsApp Web abierta en un computador institucional compartido, asumes el riesgo de que otros la revisen. El caso nació cuando un sargento de Carabineros denunció a una colega por imprimir sus conversaciones y mostrárselas a un superior.
El uniformado alegó que aquella irrupción vulneraba su vida privada, la honra de su familia y la inviolabilidad de sus comunicaciones, derechos protegidos por el artículo 19 de la Constitución. Sin embargo, ambas instancias judiciales rechazaron su recurso: los magistrados apuntaron a que el funcionario no tomó ninguna medida básica de resguardo, como cerrar la sesión o desvincular el dispositivo desde su teléfono, por lo que, tácitamente, permitió el acceso de terceros a sus mensajes.
La resolución subraya que los avances tecnológicos exigen de cada usuario “un mayor grado de conciencia, responsabilidad y control” sobre su información. En palabras simples: quien deja la puerta digital abierta no puede quejarse de que otros entren. El precedente, confirmado por el máximo tribunal chileno bajo el Rol 4.187-2025, redefine los límites de la privacidad laboral y lanza una señal de alerta a cualquier trabajador que mezcle chats personales con computadores corporativos.
¿Cómo separar la vida personal de la laboral en WhatsApp?
Para evitar este tipo de dolores de cabeza, las empresas ya no dependen solamente de la disciplina de sus colaboradores. Soluciones de WhatsApp colaborativo como IMPULSA SAC permiten:
- Cuentas separadas: cada agente opera con un perfil corporativo, aislado de su número privado.
- Sesiones centralizadas y seguras: cuenta con un login por separado de su whatsapp normal.
- Historial trazable: los mensajes quedan en la plataforma, lo que facilita auditorías y protege la información sensible.
- Multi-agente real: varios usuarios atienden el mismo número sin compartir credenciales personales.
Con una herramienta así, la vida personal y la profesional dejan de chocar dentro de WhatsApp, y un simple descuido al cerrar la ventana ya no pone en riesgo ni al trabajador ni a la empresa. Más info: IMPULSA SAC