Sergio Nakasone, el argentino con rasgos orientales, ha dominado el área de la realidad de nuestra televisión por más de una década, periodo en el que conoció a Ignacio Corvalán con quien hizo 40 o 20 y Pareja Perfecta. Durante el 2013, Corvalán migró a Mega donde realizó los dos últimos exitosos realities haciendo una competencia sana entre ambas estaciones por ver quién tenía el huevo de las gallinas de oro de la realidad.
Nakasone, por estos días y en conversación con SQP, se atrevió a hablar sobre su género favorito: «no ser transparentes pone en riesgo el formato y pone en riesgo la credibilidad», dijo sobre la polémica llegada de Oriana al granero luego de su expulsión por mal comportamiento.
“Las reglas tienen que seguir ciertas lógicas pero, repito, si hay un aval del público para que vuelva, y si ese aval del público es transparentemente justificado, es válido», comentó, cosa que claramente no pasa con la venezonalana.
“Las reglas finalmente de cada reality las imponen los realizadores. Tiene que haber cierta lógica, cierta coherencia, y que las medidas que se tomen no sean arbitrarias. Si el público las ve arbitrarias está mal», prosiguió, para rematar con que el público es doble estándar: critica pero sigue viendo.