Esta mañana te contábamos del inesperado giro que tomó la investigación por la desaparición de Concepción Arregui. La mujer de 59 años, prima de la reconocida actriz de TVN, había sido vista por última vez el día 5 de febrero, cuando su marido fue a dejarla al terminal de Mendoza, donde se supone que abordaría un bus con destino a Santiago de Chile.
Carolina Arregui y su hija Mayte Rodríguez utilizaron el amplio alcance que tienen en sus redes sociales para dar a conocer la noticia y pedir ayuda a sus seguidores en el proceso de búsqueda que inició la familia.
Sin embargo, ayer fue detenido Robeto Audano, de 70 años, quien confesó haber asesinado a su esposa de un balazo y haber llevado el cuerpo hasta la zona de Potrerillos, donde la arrojó a un río. «La confesión es coincidente con las manchas de sangre que encontraron en su vehículo», precisó un medio argentino.
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Mientras se siguen sumando nuevos detalles a esta tragedia, la actriz que participa actualmente en la teleserie nocturna «Dime quién fue», del canal estatal, utilizó su cuenta de Instagram para dedicar un sentido mensaje de despedida a su tía.
Pero eso no fue todo, porque además, Mayte Rodríguez aprovechó de hacer una reflexión sobre la violencia de género, en vísperas de una nueva conmemoración del Día Internacional de la Mujer.
«Nosotras , las mujeres, quienes traen en su vientre y alimentan al ser humano en sus primeros días de vida y prometen amor incondicional para siempre. Frágiles y dulces. Al mismo tiempo capaces de soportar los dolores más fuertes. Nosotras no somos frágiles, no somos dulces si hay violencia. Proteger a otro está en nuestro instinto. Protégete y denuncia la violencia. Física o verbal. Conciencia como país. Hombre deja de ser hombre al maltratar a una mujer. Con dolor te despedimos este día… #niunamenos #8m», escribió la joven junto a la imagen de una rosa en blanco y negro.
Su hermana menor, María Jesús Sothers, se unió también a sus palabras. A pesar de no haber conocido en vida a la prima de su mamá, aseguró que todos sus familiares la recordarían como la mujer «maravillosa, contenedora y siempre con una sonrisa».
«Al quitarle la vida a una persona, también le quitas una parte a sus seres queridos… y ninguna religión lo perdona. Nadie le toma real importancia hasta que el caso es cercano… no esperes que te pase a ti ni a nadie, y por las que aún no hablan, aquí estamos», escribió.