Recientemente, la socialité Kim Kardashian fue vista junto a su hermana Kourtney camino a un restaurante para almorzar.
Lo que sorprendió a los paparazzis fue el extravagante vestuario que utilizó: Un pantalón de buzo metido a la mala dentro de unos botines ceñidos a la pantorrilla que apenas pueden soportar tanta tela, una polera apretada de encaje y una parka blanca encima, a medio poner.
Aunque de seguro no estaba muy cómoda, la morenaza ama llamar la atención, además de hacerle honor al dicho «antes muerta que sencilla».
¿Qué tal?