La noche de este miércoles se emitió el penúltimo capítulo de la teleserie «Madre, no hay una sola», producción turca que le trajo muy buenos resultados de sintonía a Mega.
Recordemos que la historia se ha desarrollado en torno a la relación de Zeynep y Turna (Melek), quienes han tenido que pasar por varios obstáculos para poder estar juntas como madre e hija. Y el más difícil de ellos sin duda es Cengiz, el malvado esposo de Sule, a quien solo le importa el dinero fácil, tal como se lo hizo ver la niña entre gritos, cansada de sus abusos.
Enojado, el hombre la siguió para cobrarle sus palabras, y todo indica que la habría arrojado por la escalera, tal como se vio en el adelanto de lo que será el gran desenlace.
Ahora, los seguidores de esta apuesta extranjera temen por la pequeña, ya que en la recta final vimos morir a dos queridos personajes: Sinan (esposo de Zeynep) y Cahide (madre adoptiva de la protagonista). Por eso, la posibilidad de que no exista un final feliz parece muy cercana.
Pero en Te Caché quisimos adelantarnos y aliviar el sufrimiento de los televidentes, y les contaremos a continuación cuál será la trágica muerte que marcará la última emisión de la teleserie.
Al descubrir que Turna había sido agredida por su padrastro, Gonül toma la decisión de cumplir con su promesa inicial y matar al hombre que tanto ha hecho sufrir a su familia. Por eso, llega hasta su casa con un arma, dispuesta a dispararle, y lo encuentra a punto de golpear también a Sule, deteniéndolo en el acto.
Comienza una discusión y Cengiz logra arrebatarle la pistola a la ‘Señora Torpe’: cae al suelo y la recoge su esposa.
En ese momento, él comienza a decirle que se deshaga de la otra mujer y que le dispare «en medio de la frente», presionándola a los gritos.
Sin embargo, y considerando todo lo ocurrido hasta ese momento, Sule toma otra decisión y mata a su marido con un disparo directamente en el pecho, ante la mirada atónita de Gonül.
Llega una ambulancia a llevarse el cuerpo inerte de Cengiz, mientras la policía arresta a Sule, quien en un último acto de reivindicación, entrega los papeles firmados para dar en adopción a sus hijos y que de esa manera puedan crecer protegidos y rodeados de una familia que los ama.
En la escena final, aparecen disfrutando un día de playa: Duru, Ali, Gamze, la bisabuela, el pequeño bebé Hasan y, en una toalla separadas del resto, se acurrucan juntas Gonül, Zeynep y Turna, quien dibuja en la arena la casa, imaginando cómo van a vivir todos juntos y felices.
Así, dan a entender que ya nada romperá el lazo madre-hija que formaron.