El nombre de Alexander Núñez tal vez no es tan conocido, pero sí el apodo con el que se hizo popular tras su paso por el extinto programa juvenil de Chilevisión.
Hoy en día, la vida de ‘Arenito’ cambió radicalmente, y así lo contó en una reciente entrevista con Alejandra Valle para el programa «Intrusos», de La Red.
Allí explicó que, al terminar «Yingo», se enteró de que su madre tenía un cáncer ramificado que finalmente terminó con su vida. Eso le causó una depresión muy grande que se demoró en detectar, y su hermana lo notó mal, por lo que lo fue guiando hacia su fe y la iglesia cristiana.
De hecho, en la visita que hizo al estelar «Primer Plano», dijo que gracias a Dios encontró su verdadera orientación sexual, y dejó de ser gay. «Me insisiteron mucho en ir, y yo al principio no quería, no me sentía preparado. Acepté y quedó la embarrada. Todos hablaron súper mal de mí«, reflexionó respecto a esa comentada entrevista con Fran García-Huidobro.
En esa oportunidad, la mayor polémica se dio por una de sus declaraciones: «Yo, que fui homosexual, no creo en el amor entre un hombre y un hombre». Por lo mismo, la periodista de farándula quiso saber si mantenía esa opinión.
«Creo en el amor entre dos hombres, claro, pero de amistad. En el sexual no, porque ahí se ensucian las cosas. Cuando quiero mucho a una persona y se entra a la parte sexual, se ensucia todo. Biológicamente estamos creados para procrear. Yo estoy hecho para estar con una chica. Ahí todo calza», señaló.
En ese sentido. Alejandra Valle le preguntó si nunca más volvió a sentir atracción por un hombre.
«Estoy tan enfocado en la iglesia y en estudiar la Biblia, que ni siquiera hay tiempo para eso. Ahora puedo conocer a una chica, sí, y pensar que con ella puedo proyectarme», contestó.
«El amor para mí no es un sentimiento, es una decisión. Yo decido amarte. Existe el enamoramiento, claro, que es rico, pero cuando eso se acaba ¿me divorcio? ¿termino esa relación? No po, si yo ya decidí», agregó respecto a su visión sobre las relaciones amorosas.
Posteriormente, quiso aclarar que, a pesar de su religión, respetaba profundamente las opciones personales de los demás. «Mi fe obviamente me hace no estar de acuerdo en que dos hombres o dos mujeres se casen. Si lo quieren hacer, adelante, yo lo respeto. Yo no lo haría, pero mi fe me dice que tengo que amar a todos y no juzgarlos. No puedo apuntar a otros con el dedo», concluyó.