Hace dos días, la rapera de fama mundial comenzó a recibir un sinfín de mensajes bastante subidos de tono. ¿La razón? Se filtró una serie de fotografías donde Iggy Azalea aparece en topless, pero el responsable todavía es desconocido.
«Soy una bola de emociones negativas. Me siento cegada, avergonzada, violada, enojada, triste y un millón de otras cosas», escribió la artista, detallando que fueron precisamente los comentarios de los hombres respecto a su cuerpo los que más la perturbaron.
«Las cosas absolutamente malas que dice la gente son abrumadoras y me dan ganas de vomitar», agregó en el comunicado.
Las mencionadas fotografías fueron captadas por Nino Muñoz para la revista GQ, pero de esa sesión solo algunas recibieron la autorización de Iggy para ser publicadas, y ahora se dieron a conocer las demás, de carácter mucho más privado.
Estas son imágenes que sí autorizó Iggy Azalea.
«Es como una bomba nuclear que explota y no sólo te destruye emocionalmente, sino que también deja un camino de destrucción en tu vida personal, afectando a tus relaciones y a las personas que más importan», fue parte del descargo de la intérprete de «Fancy», quien aseguró haber confiado en el profesionalismo de la mencionada revista.
La rapera y el fotógrafo anunciaron acciones legales contra quien resulte ser responsable, pues no solo se trata de una filtración, sino también de un robo a la propiedad intelectual del hombre detrás de la cámara.
Cabe destacar que, en redes sociales, los fans de Iggy Azalea crearon la campaña #RespectIggy para exigir que las fotos prohibidas dejen de circular por internet. Además, la australiana tomó la radical decisión de cerrar sus cuentas en cada plataforma, al menos mientras dure este escándalo mediático.