Recientemente, Karen Bejarano sorprendió con sus declaraciones en el podcast Con la Ayuda de Mis Amikas, realizado por María José Castro y Valeria Luna.
En dicha instancia, la mujer de 36 años reveló que fue víctima de abuso sexual cuando niña, lo que le contó a su marido, Pedro Verdier, hace muy poco tiempo, cuando sufrió el colapso y las crisis de pánico que la llevaron a estar internada un mes en una clínica de salud mental.
«Yo sufrí abuso, abuso sexual, y no recibí el apoyo. Lo hablé muy grande. Y al revés de sentirme acompañada en ese minuto, fue como ‘ahora no hay que hablar nada, ahora hay que quedarse callada’», comenzó diciendo.
«Darle voz a una problemática que ha estado silenciada por tanto tiempo siempre va a tener costos. Siempre va a haber gente que va a tratar de ensuciar una lucha que no solo yo estoy tratando de dar, sino que mucha gente hace mucho tiempo».
«Yo sabía que iba a haber gente que iba a tratar de empañarlo con ‘esta galla quiere pantalla’, ‘quiere que la inviten a programas’, ‘quiere ganar lucas’, ‘está llamando la atención’. Yo dije ‘yo sé que esto va a pasar, que es parte, que es una consecuencia, pero también sé que es la cola de algo mucho más grande’», expresó.
«No necesariamente una depresión tiene que ver con que te falte algo o con un desorden químico, también puede venir producto de vivencias que tuviste en tu infancia, cosas a lo mejor no recuerdas tan bien, pero que te marcaron y que a lo mejor uno trata de olvidar», dijo.
«Lo mío viene por un trauma de la infancia, que yo traté de minimizar toda mi vida como algo que me había pasado nomás. Y no es que me había pasado nomás, me marcó y lo guardé durante mucho tiempo y me hizo mucho daño en muchos niveles», añadió.
«Me metieron más miedo y fue peor para mí. Fue como ‘ok, puedo hablar’, ‘pero en realidad ¿por qué lo hiciste?’. Es como ‘cállate, porque va a quedar la cagá. Tú llegas a hablar de esto y va a quedar la cagá’. Eso fue lo que me dijeron. Entonces fue ‘ok, no puedo hablar de esto’», expresó.
«Yo sentía que tenía que contárselo a mi marido, yo sentía que no le estaba diciendo la verdad sobre mi vida. Yo tampoco me estaba diciendo la verdad sobre mi vida a mi misma. ¿Quién soy en realidad?, ¿por qué no me puedo ver a mi misma en el espejo?, ¿por qué no me reconozco?, ¿por qué no me quiero?, ¿por qué no me siento bien?, ¿qué está pasando conmigo?».
“Y un día colapsé. Me vino una crisis de pánico, empecé a decir todas las cosas, porque me vino de la guata, del alma, exploté. Se enteró mi hijo de la peor forma, porque no era ni la forma ni el minuto en que me hubiese gustado que él se enterara. Y ahí me internaron», detalló.