Este viernes, la fiscal regional del Biobío, Marcela Cartagena, confirmó que Tomás Bravo, el niño de tan solo tres años que estuvo desaparecido en febrero de 2021 durante nueve días y que posteriormente fue encontrado fallecido a 1.9 kilómetros de donde fue visto por última vez, sufrió un ataque sexual antes de su muerte.

«El niño, luego de quedar solo en un sitio solitario, fue acometido por terceras personas que, en definitiva, le ultimaron, previo, según los antecedentes que tenemos, un ataque sexual», indicó la mujer en una rueda de prensa.

Según Marcela, esta «convicción» del Ministerio Público se basa en «antecedentes científicos en relación a ropa y otros antecedentes que han sido encontrados y que hablan de la presencia de ADN masculino», agregó.

En esa línea, aseguraron que el autor de estos hechos no está identificado, pero se descartó que fuera el tío abuelo del pequeño.

Recordemos que la tesis de la agresión sexual fue planteada desde el hallazgo mismo del cadáver del niño, pero luego pareció diluirse, en medio de los dos años de investigación contra el tío abuelo, único imputado en la causa y, desde hoy, ya no por homicidio calificado, sino por abandono con resultado de muerte.

La fiscal dijo que «Los antecedentes que tenemos respecto de la causa de muerte no son concluyentes, sin perjuicio de que sí ponen en duda lo que se tenían como oficiales. Los antecedentes que tenemos como causa de muerte, ni más ni menos que de la Universidad de Murcia, del doctor Aurelio Luna, hablan de que no se puede llegar a una conclusión total en cuanto a cuál fue la causa de muerte, pero sí descartan que hayan sido las que inicialmente se dieron por el Servicio Médico Legal de Concepción», cuyo informe de la autopsia señaló que el menor había fallecido producto de hipotermia e inanición, es decir, de frío y hambre.

Por último, enfatizó en que «no se puede descartar el homicidio».