Estos últimos días, Lisandra Silva ha estado en el centro de la atención mediática. La modelo primero fue criticada por vender un costoso coche infantil; el precio del producto, que estaba usado, generó diversas reacciones en redes sociales debido a su elevado valor.
Posteriormente, la ex chica reality participó en el podcast Mamas in Progress, donde relató cómo vivió una batalla legal con su expareja y padre de sus dos hijos, Raúl Peralta. Según Silva, el bailarín solicitó una custodia compartida tras la ruptura, lo que generó su molestia debido a que su hija menor era muy pequeña y consideraba que él no estaba preparado para cuidarla.
«Hubo un momento en el que tenía deseo de matarlo, te lo juro, era como ‘uuh’ (gesto de rabia). Y dije un día en meditación: ‘Me voy a sentar y voy a resolver esto en meditación», confesó la modelo sobre el conflicto que vivió con uno de los actuales jurados de «Fiebre de Baile».
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Según su relato, la meditación y la conexión espiritual le ayudaron a ver la situación desde otra perspectiva, llegando finalmente a un acuerdo con Raúl Peralta.

Reacciones de los cibernautas y su defensa en redes
Las declaraciones de Lisandra Silva generaron todo tipo de reacciones en redes: algunos usuarios la apoyaron, mientras que otros la criticaron duramente. Frente a esto, la modelo cubana decidió responder con una profunda reflexión sobre su vida y responsabilidad personal: «Divine Feminine. Soy responsable de lo que digo, pienso y siento. No soy responsable de lo que digan, sientan y piensen de mí. No me pertenece; pertenece al dueño de esos pensamientos», señaló.
«Yo vivo en paz, felicidad y abundancia infinita. Mis pensamientos son puros y mi propósito genuino. Tengo mi mirada puesta en Dios y mi corazón puesto en mí y para mí», agregó.
Lisandra cerró su mensaje con un potente mensaje de empoderamiento: «Soy la diosa de mi vida y mis acciones. Soy la soberana de mi vida y la única dictadora de mi destino. Solo Dios ve y vive en mí y a Él debo mi existencia. Mi moto cada día es pensamiento puro, corazón abierto y acciones alineadas a mi propósito: vivir y existir en plenitud y consciencia».
