El sábado 25 se realizaría al mediodía el esperado piscinazo de la reina del Festival de Viña. Sin embargo, la organización a cargo del diario La Cuarta prefirió suspender la actividad para no poner en riesgo a Kika Silva debido a las manifestaciones del campamento Felipe Camiroaga. Los vecinos lanzaron piedras desde el estacionamiento y dañaron la escenografía preparada para el evento.
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Si bien el piscinazo del día domingo fue calificado como uno de los más sobrios de los últimos años, el bikini negro que lució la rubia no era precisamente su idea original. Durante el fin de semana, se filtraron algunas imágenes en redes sociales que revelaban el look que habría lucido la soberana del certamen.
Como se ve en las fotos, la idea era transformar a Kika en leopardo, muy al estilo «Thundercats». Según Marlon Parra, tatuador chileno que estuvo a cargo del diseño, «era algo muy sobrio porque ella nunca estuvo dispuesta a hacer algo como los desnudos que se habían trabajado antes». Además, asegura que los tonos dorados y plateados en su piel se habrían lucido con la luz exterior. El artista comentó que su trabajo demoró 4 horas y que hubiera sido ilógico repetirlo al día siguiente.