El pasado miércoles, el animador de «Bienvenidos» partió rumbo a la Laguna Del Inca, en Potrillo, para cumplir la promesa de nadar en aguas bajo cero junto a la campeona mundial de nado de invierno: Bárbara Hernández.
Tras la aventura, Martín confesó que pasó el susto de su vida ya que nunca imaginó que iba a ser tan complicado.
El rubio natural reveló a La Cuarta que se dio cuenta de que el tema era más o menos serio cuando el canal le pidió realizarse algunos chequeos médicos. Cabe señalar que Martín padece bradicardia, lo que hace que los latidos del corazón sean más lentos de lo normal.
«Me dijeron que el cambio de temperatura podía ser muy rápido, y eso me podía afectar», señaló, y agregó «además yo fumo».
«Cuando llego allá, lo primero que veo es una ambulancia y después a unos paramédicos con una camilla y a un kinesiólogo, que me dice ‘voy a estar al lado tuyo por cualquier cosa que necesites. Si viene un cambio importante en el registro cardíaco, tienes que salir del agua, porque viene un enfriamiento‘», contó.
El conductor reveló también que, una vez al interior de la laguna, las sensaciones eran extremas: «Estuve 6 ó 7 minutos, que es mucho rato para alguien que no hace esto. Aunque lo hice con el traje, las manos y la cara no tenían protección y era como si me estuvieran clavando puras agujas. No podía mantener las manos bajo el agua».
«Lo que no dimensioné es que esta laguna está en altura, más el tema de la tele hay una presión extra. Como que en un momento me hiperventilé un poquito. Sentí como que me anduve mareando un poco, ahí pensé ‘me tengo que calmar, no me vaya a pegar un tony al aire’«, expresó.
«Después que me pusieron esas batas especiales, y me tomé un café, nos fuimos a almorzar y me vino un sueño heavy. Le pregunté a Bárbara y me dijo que es porque el gasto de energía es muy fuerte y muy rápido», comentó finalmente.