La mañana de este viernes, se forma sorpresiva se confirmó la suspensión del partido entre Universidad de Chile y Cobresal valido por la primera fecha del Campeonato Nacional. Esto a solo días de que se vendieran las entradas disponibles para este encuentro que traería a los azules de regreso al Estadio Nacional.
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Según la determinación de la Delegación Presidencial, no existía el contingente policial suficiente para el desarrollo del duelo que se jugaría este domingo 18 de febrero, desde las 18 horas.
Decisión que enfureció al presidente de Azul Azul, Michael Clark, quien conversó en conferencia de prensa sobre la situación, la cual advirtió que no había sido notificada hasta ese momento al club.
«Estamos reunidos para hacernos cargos de una información que nadie nos ha comunicado ni se ha atrevido a llamarnos. En redes sociales informan que el partido estaría suspendido, hoy pasada las dos de la tarde a dos días del partido, no tenemos ninguna información oficial», comentó.
«Estamos apenados, trabajamos durante meses, pero estas razones que escapan de nuestra voluntad nos imposibilitan volver al estadio. Es una falta de respeto a nuestra gente», reconoció a los medios.
«Cuesta expresar lo que se siente. El club trabaja este partido hace meses, desde septiembre. Hemos tenido múltiples reuniones con todos los estamentos para acordar un plan que nos permita volver al Estadio Nacional», complementó Clark.
Pero esto no fue todo, ya que el mandamás azul también expresó su disconformidad en las autoridades. «Estamos molestos. Se le ha faltado el respeto a la gente, a las 32.000 personas, a Cobresal y a las mismas autoridades, tirando por la borda meses y meses de trabajo. Cuesta entender las razones que se indicarían, porque sigue siendo condicional. Se dice que falta contingente, pero hace una semana sí había», comentó.
Contexto en que afirmó que el partido entre Universidad de Chile y Sobresal habría sido «el partido con mayor seguridad en la historia de Chile por lejos, a un costo gigantesco. 14 o 16 equipos no venden lo que costaría generar este partido».
Para finalmente revelar una posible agenda por parte del Gobierno a la U. «Uno tiende a pensar que hay una agenda anti fútbol o anti U. Los platos rotos de un partido en donde quedó la escoba los terminamos pagando nosotros. Habíamos hecho todo lo posible para tener una fiesta, que finalmente al parecer no va a poder ser», cuestionó.