El partido entre Rosario Central y Peñarol por la Copa Libertadores estuvo marcado, además de lo futbolístico, por los graves incidentes que se vivieron antes y después del duelo y que incluso, terminaron con el futbolista aurinegro Maximiliano Olivera herido y posteriormente hospitalizado.

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En horas de la tarde el jueves, comenzó el intercambio de proyectiles entre ambas hinchadas y terminó con un grupo de parciales del Canalla, que se encontraban en la bandeja superior de la cabecera, arrojando vallas metálicas al sector inferior en el que se encontraban los fanáticos uruguayos.

Luego de varios minutos, los ánimos se calmaron, por lo que el partido se desarrolló por completo. Sin embargo, cuando el árbitro dio el pitazo final, ocurrió otra grave situación: cuando los jugadores de Peñarol fueron a saludar a sus hinchas que habían viajado hasta Rosario, comenzaron a llover objetos desde la tribuna y uno de ellos impactó en el rostro de Maximiliano Olivera, zaguero que comenzó a sangrar y tuvo que ser trasladado a un hospital tras abandonar el Gigante de Arroyito.

«Al final del partido fuimos a saludar a la gente, como habitualmente lo hacemos después de cada partido, para agradecerles el apoyo, por haber viajado, por haber alentado, pero la gente de Central se ve que se puso nerviosa y se complicó un poco. Esperemos que no vuelva a pasar porque lo que sucedió no estuvo nada bien, a un jugador lo lastimaron. Ojalá que no sea nada y que tenga buena recuperación porque es algo muy feo que no debería volver a pasar», explicó al respecto el jugador Lucas Hernández.