La semana pasada, Álvaro Ballero confirmó el fin de su matrimonio con Ludmila Ksenofontova, artista rusa con la que tiene cuatro hijos en común. Aunque en un principio el ex chico reality no quiso entregar mayores detalles sobre su quiebre, ahora nuevamente alzó la voz.
A través de una profunda publicación en Instagram, el hermano de Carla Ballero confesó estar atravesando un complejo momento personal y financiero, pues enfrenta deudas que lo tienen muy mal.
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«Estas semanas han sido terribles, el dolor más profundo que he sentido, para mí el matrimonio era para toda la vida, pero me equivoqué una y otra vez, estoy tratando de mejorar, ser mi mejor versión, pero lo veo difícil, no sé si podré serlo, solo sé que mi familia era mi único motor y hoy está quebrada», primero escribió Álvaro junto al post donde aparece una fotografía de su exesposa.
Además, agregó: «He vivido momentos muy duros, desde la pérdida del trabajo perfecto hasta tener que vender mi departamento de ensueño por las deudas. No sé si saldré de este hoyo en el que estoy, debo hacerlo por mí y por los niños, pero me cuesta sacar la cabeza del agua, el pecho apretado todo el tiempo. Me equivoqué con mi mujer, pero quiero que sepan que no fui yo quien dio el paso al lado. Eso tampoco me hace mejor que ella. Tampoco es cierto que no la dejaba trabajar, como escriben sus seguidores o especulan los medios. No fue así», aseguró.
En su relato, Álvaro Ballero también explicó: «Este último tiempo le pedí que se reincorpore como profesional, y apoyé en cada momento, porque el trabajo en el circo es de 5 a 12 de la noche en la semana y de 14 a 1 a.m. los fines de semana. Pero entró al circo, ese fue el inicio del fin. Dicotómicamente, el circo nos unió y después nos separó. Amo a esa mujer por sobre todo en mi vida, pero debo ser fuerte y dejarla ir».
Finalmente, expresó un sentido mea culpa: «Espero el tiempo sane las heridas, aunque no lo sé. Fueron 17 años, los más hermosos de mi vida, pero no bastó. Fui un ser odioso y deprimido los últimos 3 años, no pude salir de la mier… Ahora a luchar, no sé contra quién o quiénes. Ahora me siento solo y debo saber cómo enfrentarlo. Ludmila es esta imagen, pura luz y brillo, pero la opaqué y esta es mi consecuencia. Me quedaré con esta imagen, con la de una mujer fuerte y resiliente, que siempre priorizó a sus hijos y los hizo felices. Gracias por estos 17 años. Gracias por ser el ser más increíble y luminoso que se topó con este ogro».