El martes, Universidad de Chile oficializó la salida de Gustavo Álvarez del club, tras semanas de negociaciones tensas entre el entrenador y la dirigencia de Azul Azul. El anuncio oficial, breve y formal, reflejó las dificultades internas que se vivieron antes de llegar a un acuerdo.
El propio DT se refirió a la situación en Intimo de TNT Sports, detallando su intención de cerrar el vínculo de manera ordenada y profesional: «Mi principal objetivo era terminar bien la relación. Teníamos un contrato de dos años con una cláusula de extensión que no quería activar porque jamás pensé en terminar un desacuerdo o conflicto jurídico con el club. No nos merecíamos un final en tribunales, preferí evitarlo y terminar en buenos términos», explicó Álvarez.
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Según el entrenador, su intención fue generar un acuerdo justo y transparente: «Quise tener un reconocimiento o gesto hacia el club con una cifra acordada por ambas partes, que el club tuviera retribución económica, darnos la mano y seguir cada uno en su camino. Pude irme a cero pesos, pero no es mi forma de actuar», aseguró.
Estas declaraciones se relacionan con la cláusula de salida establecida en 1,2 millones de dólares, que Álvarez debía pagar por el término anticipado de su contrato, vigente hasta finales de 2026. Durante los días previos, se filtró que el estratega no quería pagar nada, información que fue desmentida por él.
Finalmente, el conflicto se resolvió con un consenso que estableció el pago de 200 mil dólares por parte de Álvarez al club, solo una fracción del monto original. Aunque esta cifra probablemente no fue del agrado de todos en Azul Azul, el DT defendió que el acuerdo cerró la relación de manera respetuosa y profesional.
Con este acuerdo, Gustavo Álvarez cierra su ciclo en Universidad de Chile, dejando atrás la polémica y enfocándose en nuevos proyectos de los que seguramente, pronto se tendrán nuevas noticias.