«Cuando éramos pequeños, nuestros padres nos llevaban al Estadio Nacional para ver a los grandes equipos. Nuestra niñez siempre estaba representada por el deporte más popular de nuestro país.

Recordamos con mucha nostalgia, esas tardes en el estadio, cuando salían los equipos, las gradas se venían debajo de aplausos y era un sentimiento que hoy en día es difícil de explicar. Se elogiaba a todos los equipos sin importar si estaba el plantel que tanto añorábamos ver.

Se apreciaba unos hinchas únicos, donde existía el respeto por el equipo contrario, igual se cantaba y se bailaba para enviar las buenas vibras a ambos planteles que se iban a enfrentar en ese momento.

El respeto y la admiración eran por partes iguales, no importaba aplaudir un gol del equipo contrario, ya que no veíamos sino la calidad de pases  y los desenvolvimientos en la cancha de juego.

Se reconocía en aquellos tiempos en que se acudía al estadio y se aplaudían los goles del equipo contrario ya que si era de calidad o que simplemente estaba sentado al lado del otro simpatizante.

Años que no volverán ya que para ese entonces se valoraba más el deporte y la belleza que el representa que el resultado de la marcación final. Estos acontecimientos donde íbamos familias enteras a disfrutar el buen futbol.

Para todos era como muy normal encontrarnos en los estadios familias enteras, que al salir de allí se terminaba con una buena barbacoa en casa de algún tío o donde los abuelos. Todo esto ya paso, ahora vemos con asombro otro tipo de futbol.

Me atrevo a decir que la industria del futbol profesional dejo de ser un deporte para pasar a un espectáculo muy comercial ya que ahora se centra para el consumo masivo de  toda significación social comunitaria.

Pero tenemos que resaltar algo muy importante ya que el futbol en nuestro país en años anteriores, fue utilizado de una manera política, como lo pudimos observar en el año de 1978, donde se realizó en Argentina el Mundial de Futbol.

Observamos también los equipos ligados a la dictadura chilena en los años 70. Parte de la lucha estuvo presente en los juegos olímpicos entre Estados Unidos y la Unión Sovietica, que se realizó durante la guerra fría del siglo XX.

Pudimos apreciar que nuestro deporte rey movía muchas masas, es por ello que los políticos se aprovecharon de ello.

Hoy en día vemos al futbol como una mercancía que ha perdido su raíz social, cultural y política. Este gran deporte es reemplazado por el espectáculo comercial, esto tiene que cambiar.»