«En el deporte rey de nuestro país, hemos visto de todo este año 2019, parece que los días del Director Técnico del equipo Azul Azul ha llegado a su fin. El ciclo de Alfredo Arias en la Universidad de Chile parece haber terminado.

Por la parte futbolística ya no encuentran ningún motivo por mantenerlo allí, en el equipo de los universitarios ya que podemos observar que el descenso en las tablas de posición ha sido inminente.

El gran equipo de la Universidad de Chile, por su trayectoria, por su antigüedad, por toda la afición ya que se debe a su público, no se merece tanto. Como ya sabemos, existen muchos jugadores en ese plantel que la pueden sacar a flote, pero vemos que cada día más se hunde.

Vemos al gran equipo que no existen motivos que digamos que están mejorando, al contrario, vemos cada día mas como se hunde el barco sin motivos algunos, ya que en su plantel existe una calidad de jugadores increíbles.

Pasan y pasan las fechas pero no vemos soluciones inmediatas, el gran equipo no puede escapar de sus propios fantasmas. Algo que si debemos tener muy claro es que el verdadero rival del gran equipo de la Universidad de Chile es el mismo.

La gran tormenta no ha finalizado todavía para este gran equipo, no salen de sus propios problemas, no poseen una respuesta a todos los problemas que tiene, no tiene un líder que la dirija, tiene un entrenador que no tiene una respuesta en el momento oportuno, con una turbulencia interna nunca antes vista y unos jugadores que son los afectados por el mal manejo del equipo trayendo como consecuencia una inestabilidad en la cancha de juego.

La responsabilidad recae en el Director Técnico Alfredo Arias, pero no es el único. El gran entrenador jamás entro por la puerta grande ya que su antecesor no se había retirado aun, él ya estaba allí con ellos.

Su particular método de entrenar, a los jugadores no les parecía, en especial a Johnny Herrera, ya en el comienzo empezaron las cosas a tomar otro rumbo. La diferencia de ideas entre los jugadores y el entrenador se hizo notar de manera casi que inmediata.

Él ha sido el único responsable de que el plantel no se organizara como debía ser. La constante incertidumbre de quien iba a participar en los partidos, el poder ofensivo del equipo lo veíamos muy débil, la acumulación de empates en los partidos, veíamos que no arrancaba. Demostraba una inseguridad cada vez que pisaba una cancha de juego.

Observábamos a un Director Técnico que en sus declaraciones en los diferentes medios de comunicación, una inseguridad al referirse a su equipo, que daba mucho de que pensar.

Pero lo que si debemos tener presente, es que Arias no es el único responsable. Existen también muchas personas que dieron su granito de arena para que el gran equipo de todos nosotros no evolucionara como debía ser.

Su contrato desde un principio ya traía problemas ya que su negociación estaba muy viciada, pareciera que el fantasma de su anterior Director Técnico, le había heredado todos aquellos problemas.»