La noche del miércoles, Peñarol sufrió una dolorosa goleada por 5-0 frente a Botafogo en su visita al Estadio Nilton Santos de Río de Janeiro, por el partido de ida de las semifinales de la Copa Libertadores 2024.
Y aunque el cuadro uruguayo resistió hasta el primer tiempo, los brasileños salieron en el segundo tiempo con todo y pasaron por encima del rival, logrando una gran ventaja de cara a la revancha que se jugará el próximo miércoles en Montevideo.
Lee aquí: Ante posible eliminación de River, Conmebol evalúa cambiar la sede de la final de Copa Libertadores
No obstante, la previa del partido estuvo marcada por la polémica. Ya que el bus del equipo charrúa debía demorar 50 minutos desde el hotel al estadio Nilton Santos, pero el viaje finalmente duró dos horas.
Lo anterior debido a una serie de inconvenientes con el operativo policial, por lo que el bus que trasladaba al plantel de los «Carboneros» debió pasar por un sector en que estaba repleto de fanáticos del «Fogao» e incluso fue atacado con piedrazos.
Por lo que Peñarol, llegó al estadio cuando solo quedaba una hora para que iniciara el encuentro ante Botafogo. Debido a esto, Conmebol decidió retrasar el inicio del partido, de las 21:30 a las 21:45 horas.
Denuncia que hizo el presidente del club uruguayo, Ignacio Ruglio, en su llegada al Nilton Santos: «Esto es una vergüenza. Ya lo vimos desde la mañana. Ahora mandamos todas las imágenes a Conmebol de las casi dos horas que nos pasearon, por el lugar que nos metieron, las piedras que nos tiraron, en el medio del corral en el que nos pusieron», reveló.
«Les pedimos que por lo menos nos permitan hacer un calentamiento digno. Hoy nadie controló nada. Estaba todo armado, nos metieron en el medio de la hinchada de ellos, iban a paso de peatón, todo armado. Conmebol dijo que era inentendible lo que estaba pasando. Es Brasil. Es Río de Janeiro. Siempre pasa lo mismo. Nadie corrige, nadie les hace nada», cerró tajante.