La noche del miércoles, Talleres de Córdoba perdió por 2-0 en su visita a São Paulo en el Estadio Morumbi y, por diferencia de gol, terminó en el segundo lugar del Grupo B de la Copa Libertadores 2024.
No obstante, se hizo noticia por algo más allá del resultado. Esto porque el encuentro estuvo marcado por las agresiones que sufrieron los jugadores del elenco argentino por parte de la policía brasileña.
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Todo inició por una polémica sobre el final del primer tiempo. El árbitro colombiano del encuentro, Jhon Ospina, decidió repetir un penal a favor de São Paulo debido a un supuesto adelantamiento del arquero argentino Guido Herrera, quien había atajado el disparo.
Posterior a esto, Lucas Moura ejecutó el penal de nuevo y marcó el 1-0 parcial, lo que provocó la molesta del plantel de la «T». Por lo que tras finalizar la primera parte, Herrera se fue en contra del juez a protestar acompañado de sus compañeros.
Por su parte, el árbitro estaba custodiado por policías y uno de ellos, agredió directamente con su escudo a Lautaro Morales, portero suplente de Talleres, lo que generó un tenso cruce entre los futbolistas del club cordobés y los efectivos policiales.
Finalmente, Herrera y Morales fueron citados a declarar ante un juez, como es habitual en casos de disturbios en los estadios en Brasil.