«Las grandes jugadoras del equipo del futbol profesional femenino de nuestro país, son unas guerreras ya que estas chicas juegan con una vocación increíble, exponen su salud, ya que esta primero el amor que sienten por el deporte rey de nuestro país.

A pesar que la remuneración salarial no es tan aceptada, de igual forma vemos como estas gladiadoras dan el todo por el todo para llenarnos cada día más de orgullo. El salario que las representa no es para nada digno para estas chicas.

Pareciera no importarle a nadie, ni a los dirigentes de los 22 equipos que conforman los planteles del futbol femenino, esto no puede ser, ya que estas dignas representantes de nuestro balón pie dan el todo por el todo, sin ninguna reciprocidad.

Para nadie es un secreto que el deporte que mueve más dinero en nuestro país es el futbol, según la prensa nacional podemos observar que el capital del equipo de Colo-Colo, Jorge Valdivia gana alrededor de 65.500 de dólares al mes, esto es debido por la marca de ropa deportiva que usa el y todo el equipo femenino.

Entonces nos preguntamos porque se maneja con tanta precariedad y desidia los pagos de estas jóvenes atletas. El futbol femenino no mueve tantas masas como el masculino para hacer una comparación solo el último encuentro en el estadio para ver al equipo masculino acudieron más de 20.000 personas, en cambio para el partido femenino solamente hubo una afluencia de muy pocos fanáticos.

En este caso las jugadoras de nuestro equipo oficial no tienen ni siquiera un contrato de trabajo, ni un sueldo fijo, algunas ni siquiera reciben algún pago, a pesar de las exigencias de disponibilidad para su entrenamientos diarios.

Muchas de estas atletas les toca tener otro trabajo al tiempo para poder mantenerse, esto no puede seguir sucediendo ya que como es posible que tengan que pasar por todas estas situaciones grandes jugadoras reconocidas tanto nacional como internacional.

Sabemos que a lo largo de la historia se ha destacado mucho más el futbol masculino que el femenino, por tal motivo tenemos una gran brecha de género. Las jugadoras del futbol profesional femenino juegan por vocación, porque les gusta, exponiendo su salud.

No juegan por una remuneración digna, esto parece no importarle a nadie, ni siquiera a los dirigentes. Así que tienen que tomar cartas en el asunto, esto no puede seguir así ya que son el orgullo de todos los chilenos.

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