Este jueves, a las 22:30 horas, se emite el primer capítulo de la segunda temporada de «El Cubo», un programa de Chilevisión donde el entrevistado se sincera y relata los hitos de su historia a través de imágenes emotivas que evocan la memoria.

Para dar inicio a este nuevo ciclo, el invitado será el seleccionado nacional Marcelo Díaz, quien se sometió a 80 minutos de emotivas preguntas y reveladoras respuestas.

 

Con look europeo de pantalón arremangado y zapatos sin calcetines, el futbolista se instaló en el sillón y contestó el cuestionario cuyo gancho inicial fue, por supuesto, el error frente a Alemania en la final de la Copa Confederaciones.

Pero a ese tema siguieron otros dos episodios sensibles en la vida de «Carepato»: el suicidio de su hermano cuando él tenía 16 años, y el posterior abandono de su padre.

Sobre lo primero, contó: «Mi mamá pegó un grito que aún lo tengo grabado en mi cabeza. Luego yo salgo corriendo, porque esto era en el patio trasero de nuestra casa, y lo veo ahí. Fue una imagen que nunca la voy a borrar y que nunca deseé ver en mi vida».

Pero el futbolista de La Roja también hizo una profunda reflexión. «Me imagino que van a haber muchos niños en su casa viendo el programa, entonces mi intención no es generarles pánico, sino mostrarles que hay otros caminos y otras cosas que hacer en la vida más que tomar la drástica decisión de matarte», agregó.

Su padre, hincha de la U, le inculcó el amor por el fútbol. Lo llevaba al estadio y eran chunchos de corazón. Pero se fue de la casa cuando Marcelo Díaz tenía 17. «Me acuerdo de que él se iba a ir porque tenía otra mujer con la que quería hacer su vida. Yo en ese momento no entendía lo que estaba pasando, no tenía lógica, y le decía que no se podía ir», reveló sobre ese triste hecho. «Pero bueno. Él tomó su decisión y se fue… Yo con él compartía prácticamente todo y lo único que quería era que no se fuera, pero ni siquiera mis súplicas sirvieron», agregó con los ojos llenos de lágrimas.

En cuanto a la relación actual con su progenitor, el cerebro de La Roja comentó que no se ven hace 8 años y que, por cuestiones de la vida, dejaron de tener contacto. Sin embargo, manifestó sus intenciones de retomar la relación con él. «Voy a darle un abrazo y el resto se conversará cuando haya tiempo. Lo primero es verlo y saber que está bien», finalizó.