Este sábado, en la revista homónima de El Mercurio, se instaló un grave tema en la industria del espectáculo nacional: Herval Abreu, conocido director de teleseries de Canal 13, es acusado de acoso y abuso sexual y de poder contra siete mujeres que trabajaron junto a él.

Según la publicación, fue la guionista Bárbara Zemelman quien sentó un precedente en esta serie de acusaciones, cuando a fines del año pasado llegó a Contraloría una denuncia contra el director. Y es que en noviembre de ese mismo año ella fue despedida de Canal 13 por ‘incompatibilidad’ en el trabajo, debido a que estaba embarazada, pero luego quisieron reincorporarla para enmendar este error; sin embargo, ella se negó por una importante razón: había sido víctima de situaciones impropias por parte de Herval, y que incluso se las comentó en su momento a las actrices Lorena Bosch y Paz Bascuñán, quienes según el propio implicado le habrían prestado su apoyo.

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Pero ella no fue la única víctima, ya que actrices como Carola Paz, Carola Vargas, Freda Vergara y Antonella Orsini también alzaron la voz. No obstante, fue Antonella quien entregó el testimonio más breve, pero este fin de semana recurrió a su cuenta de Instagram para explicar por qué se atrevió a denunciar recién ahora, y no lo hizo con anterioridad.

Primero, la instructora de Yoga dijo que no fue fácil «poner el nombre cuando una sabe que hay que enfrentar a un machismo metido tan profundamente en la televisión, las instituciones y para qué decir en las mentes de cada uno de nosotros y nosotras. Por supuesto que cuesta, cuesta más que la cresta, pero soy mujer, tengo una hija mujer y creo que es el momento de decir ‘basta’».

Luego, explicó por qué calló durante tantos años: «Tristemente, somos parte de una sociedad que normaliza este tipo de situaciones y, sinceramente, tuve miedo», indicó.

antonella orsini

Además, Orsini detalló que, como actriz y profesional, confió en su director, poniendo sus emociones, intelecto y cuerpo a disposición de sus personajes, pero fue en este contexto donde vivió la situación de acoso. «Más detalles no daré de manera pública. Sentarme en un panel o dar entrevistas hoy no me acomoda y quiero cuidarme como se cuida cualquier mujer que se ha sentido vulnerada. Guardo y respeto mi vida privada y las de mis hijos, y espero se me respete aquello», añadió.

Finalmente, animó a todas las personas -mujeres y hombres- a alzar la voz y a no callar este tipo de situaciones, pues es hora de terminar con los abusos, los que lamentablemente siguen ocurriendo.

Hoy salió mi nombre en un reportaje en El Mercurio sobre el abuso en el mundo audiovisual. No es fácil poner el nombre cuando una sabe que hay que enfrentar a un machismo metido tan profundamente en la televisión, las instituciones y para qué decir en las mentes de cada uno de nosotros y nosotras. Por supuesto que cuesta, cuesta más que la cresta, pero soy mujer, tengo una hija mujer y creo que es el momento de decir Basta. Si me mantuve en silencio durante tiempo fue porque, tristemente, somos parte de una sociedad que normaliza este tipo de situaciones y, sinceramente, tuve miedo. Pero no quiero que la sociedad en que crezca mi hija sea la del aguantar y normalizar este tipo de cosas. Como actriz y profesional, pongo mis emociones, intelecto y mi cuerpo a disposición de mis personajes y en manos de un director que tiene como misión sacar lo mejor de mí. Por eso confié, como cualquier actor confía en su director o directora . Dentro de ese contexto, es cuando se da esta situación que comento en el diario de hoy. Más detalles no daré de manera pública. Sentarme en un panel o dar entrevistas, hoy no me acomoda y quiero cuidarme como se cuida cualquier mujer que se ha sentido vulnerada. Guardo y respeto mi vida privada y las de mis hijos y espero se me respete aquello. No obstante, quiero invitarlas a ustedes mujeres –y también a aquellos hombres que están con nosotras en esto- a movilizarse y visibilizar la violencia patriarcal y el abuso de poder, en el mundo audiovisual y donde sea. Hay que hacer visible lo que durante años ha sido invisible. No es una moda. Es la urgencia de abrir los ojos, por mí, por ti, por mis hijas, compañeras, madres y hermanas. Gracias por respetar mi deseo de no hablar en los medios las particularidades de lo que viví. Gracias a mis compañeras actrices que me han llamado solidarizando y sobre todo gracias a todas y todos quienes hacen algo porque este no sea un mundo de abusos. #NoEsNo

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