El miércoles pasado falleció la actriz mexicana Edith González, conocida por sus roles en exitosas teleseries como «Doña Bárbara» y «Salomé», entre otras.Su muerte se dio luego de luchar durante tres años con un cáncer de ovarios en etapa cuatro, es decir, el más agresivo.
Duro diagnóstico que cuando la mujer de 54 años se enteró, dio inmediatamente aviso a dos personas: su esposo Lorenzo y su hija Constanza, quien en ese entonces solo tenía 11 años.
Debido a lo anterior es que Edith González, con motivo del cumpleaños número 13 de su hija, le escribió una emotiva carta para cuando ella ya no estuviera, y que a la larga fue una despedida para Constanza.
“Un día anunciaste tu llegada, dominando mi cuerpo, transformándolo. Sin falsos sentimentalismos sentí tu crecimiento. Tu llegada fue fuerte, delicada, esperada, hermosa. Al surgir de mi vientre me hiciste entrañable, me hiciste madre. Y yo pude sostener en mis brazos a un ser que, sin sospechar las profundidades de la maternidad, ingenuamente pensé podría moldear», comienza diciendo la carta.
Y agrega: «Poco a poco me has enseñado que los padres no podemos más que aspirar a ser guía en el mar inmenso que es la vida. Este mar que amas y del cual te ha tocado surfear grandes olas y de cada reto sales con gracia e inteligencia».
«No, amor. La vida no es fácil, mas es cabronamente hermosa. Tú tienes un corazón muy determinado, una inteligencia aguda y un espíritu generoso. Estoy tan llena de ti, tan orgullosa de ti, de verte valiente construyendo una identidad amorosa, alegre, fuerte y comprometida», continúa la carta.
«Constanza, mi Constanza, mi niña, mi ternura, mi cielo, mi corazón, mi todo… y sin embargo eres tuya; tanto como cuando decides trepar una ola y hacerla tuya, dominar el horizonte, retar la energía del agua y realizar tus anhelos».
Carta que la actriz mexicana finalizó escribiendo a su hija: «Eres una niña hermosa. Solo puedo decir gracias por permitirme ser tu madre, velar tu sueño y ver en ti el milagro de la vida. Constanza, tomadas de la mano recorramos el mundo, al fin y al cabo somos polvo de estrellas».