Hace unos días, Javiera Suarez mostró con un tierna foto lo grande que está su hijo. Pedro Milagros sin duda ha sido un pilar fundamental para la periodista, quien día a día lucha contra el cáncer que la aqueja.
La ex animadora de Zona Latina entregó un profundo mensaje a la revista Cosas, en una entrevista donde habló sobre esta compleja enfermedad y cómo ha tenido el valor de enfrentarla.
Javiera Suárez recordó que, al principio del proceso, le habían dado un pronóstico muy desalentador: «Tiempo después, supe que me habían dado solo tres meses de vida. Pero aquí estoy», dijo.
Hoy en día, los tratamientos contra el cáncer suelen ser muy buenos, y esto tiene con mucha esperanza a Javiera Suárez. «Lo que pasa es que estos tratamientos son muy nuevos. Hace cinco años no habría habido solución. La gente me pregunta por datos y resultados concretos, pero no los hay. Las personas que han logrado curarse no llevan más de cinco años, entonces no existen estadísticas. Pero hay alternativas. La ciencia avanza muy rápido», aseguró.
Las cosas no han sido fáciles para la periodista. Durante su embarazo, además de que el cáncer avanzó porque tuvo que dejar el tratamiento de lado, debió enfrentar una hepatitis. «Pensábamos que el dolor era causado por el ligamento, ya que mis piernas estaban demasiado flacas; sin embargo, luego del parto me hicieron un PET y se dieron cuenta de que el melanoma había agarrado el fémur y que estaba a punto de quebrarse. Tuvieron que operarme y ponerme una prótesis y, además, hacerme radioterapia», comentó.
Luego añadió: «sí me he cansado mucho. Cuando me dio hepatitis, ahí me asusté. Obvio que la gente que tiene hepatitis se siente mal, pero yo, además, estaba con cáncer. Me acuerdo de que me picaba todo el cuerpo, tanto, que no dormí en un mes y medio. Tenía la bilirrubina muy alta… No sé cómo Juan Luis Guerra canta a eso, se nota que nunca ha tenido hepatitis», contó entre risas.
Pero sin duda la actitud positiva de Javiera Suárez la ha ayudado mucho a enfrentar el diagnóstico. «Estoy confiada en que Dios me está escuchando hace rato. Esto no es que Dios me ha mandado el cáncer. La vida es así no más, de altos y bajos. En la resonancia anterior, tuvimos malos resultados, independiente de que haya nacido Pedrito, y me puse a llorar, pero me tuve que dar ánimo. Porque si esta enfermedad le gana a la cabeza, ahí sí que fregaste. Depende de ti en un gran porcentaje, en un 90 por ciento, si es que no en un 100 (…) tengo la suerte que, además de tener a mi familia y a mis amigos, tengo a Cristián (su esposo)», aseguró la periodista.
Y agregó: «Hoy puedo enfrentarme al cáncer de una forma en que ha sacado lo mejor de mí, mi mejor versión. Todos los días al final son un milagro, y así debiera entenderlo todo el mundo. Lo que pasa es que, con una enfermedad como esta, la muerte es más tangible, pero tarde o temprano todos nos vamos a morir. Ese es el gran error de la gente, el dar cada día por garantizado y ahí entonces empiezas a quejarte por puras tonteras».
¿Qué te parecen sus palabras?