El clásico universitario prometía ser una fiesta en el fútbol nacional, sin embargo, fue empañado por un grupo de hinchas que marcaron una nueva jornada de incidentes en el Campeonato.
Cabe recordar que una veintena de barristas azules ingresaron a las dependencias del estadio Ester Roa Rebolledo de Concepción para lanzar bengalas y bombas de ruido al terreno de juego mientras se llevaba a cabo el duelo entre Universidad de Chile y Universidad Católica.
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Debido a lo anterior, se suspendió el partido ante más de 20 mil almas que desde todo Chile viajaron para ver el duelo entre azules y cruzados.
Tras esto, se criticó mucho las medidas de seguridad interpuestas para el encuentro y ahora, se dio a conocer el duro y potente informe arbitral del partido, el que puede arrastrar consecuencia aún más severa para la dirigencia azul que se encuentra en la mira.
El árbitro Francisco Gilabert redactó un documento en el que se puntualiza lo visualizado directamente en la cancha del recinto penquista y que compromete aún más a los detenidos por los incidentes.
«Cuando se jugaba el minuto 31 del partido se produce una serie de detonaciones de fuegos de artificio y bombas de ruido lanzadas desde la tribuna oficial del estadio y que cayeron al perímetro del terreno de juego, en el sector donde se ubican los cuerpos técnicos, profesionales de la transmisión oficial y cuarto árbitro», señala el referi.
Debido a lo anterior, Gilabert remarca que «dichas detonaciones provocaron traumas auditivos en el cuarto árbitro y también en uno de los camarógrafos de la transmisión oficial».
«Frente a dicha situación me vi en la obligación de detener el juego para que el personal médico asistiera al cuarto árbitro y al camarógrafo, instruyéndose por mi parte que el equipo arbitral se retirara hacia los camarines, momento en el cual continuaban las detonaciones y el lanzamiento de al menos 4 bengalas», añadió.
Revelando además lo que sucedió en los vestuarios del estadio, en donde afirma que «luego, en el sector de camarines se desarrolló un comité de crisis en conjunto con las autoridades policiales, de gobierno local, representantes de Estadio Seguro y Gerente del Ligas Profesionales».
«En dicha instancia, se realizó una evaluación completa de la situación, llegándose a la determinación por parte de la autoridad administrativa de que el partido debía suspenderse toda vez que no se reunían las condiciones de seguridad para que la actividad pudiera continuar desarrollándose en forma normal y sin riesgo para las personas en general», continuó.
Finalmente, mencionar que si bien la ANFP notificó que reprogramaran el encuentro, las graves acciones ocurridas en el Ester Roa Rebolledo de Concepción podrían resultar en varias fechas de castigo para Universidad de Chile en el buen momento deportivo que están pasando los azules.