Este deporte no solo mueve los ánimos de los aficionados, sino también enormes flujos económicos que moldean la industria deportiva, de hecho el fútbol es una pasión global que atrae grandes inversiones, como las de las casas de apuestas, que invierten fuertemente como patrocinadores principales de muchos clubes. En Chile, esta tendencia es evidente: la presencia de estas empresas en los clubes más importantes refleja la legalización del sector en el país, como puede comprobarse en https://www.oddschecker.com/es/casas-de-apuestas/chile.
Esta inversión impulsa el crecimiento y la sostenibilidad del fútbol chileno y podría ser crucial para el desarrollo de muchos clubes en los próximos años, veamos cuáles han sido hasta ahora los movimientos más importantes del mercado chileno.
Las grandes empresas apuestan por los patrocinios de camisetas
Betway hace su entrada oficial en el fútbol chileno con una operación que marca un cambio de rumbo en el mercado de los patrocinios deportivos. La marca global de apuestas online, parte del grupo Super Group, ha firmado acuerdos de dos años como socio oficial premium con cinco clubes de la Primera División: Unión La Calera, Coquimbo Unido, Everton de Viña del Mar, Audax Italiano y Deportivo Ñublense. Esta estrategia irá acompañada de un paquete completo de visibilidad, con el logotipo de Betway presente en las equipaciones de competición y entrenamiento, en los marcadores perimetrales y en los fondos de las ruedas de prensa.
No faltarán contenidos exclusivos e iniciativas para los aficionados, un aspecto que los directivos de la empresa y de 1190 Sports consideran determinante para el crecimiento del fútbol local. Las camisetas del Coquimbo Unido, junto con las de los demás clubes asociados, se convertirán así en un escaparate privilegiado de la marca. En cuanto a los patrocinios internacionales, Betsson también ha consolidado su presencia en Chile.
En 2022 firmó un acuerdo con el Colo-Colo, histórico equipo del país, asegurando la presencia de su logotipo en la manga de la camiseta oficial. Una colaboración que sigue a otras iniciativas relevantes, como el patrocinio del «Campeonato Betsson». Por último, Stake, plataforma global de casino y apuestas, ha debutado en el mercado chileno con un patrocinio en la parte delantera de la camiseta del Ñublense, reforzando su expansión en Latinoamérica.
El fútbol chileno entre oportunidades y polémicas
El mundo del fútbol ha mostrado desde hace tiempo una fuerte dependencia económica de las empresas de apuestas, que representan una de las principales fuentes de patrocinio para los clubes. Una investigación de Investigate Europe sobre 442 equipos de 31 países reveló que dos tercios de los clubes tienen acuerdos con operadores de juegos de azar, a menudo concentrados en manos de unas pocas grandes marcas internacionales.
Esta dependencia se ve alimentada por la popularidad mundial del fútbol y la crisis financiera agravada por la pandemia, que ha obligado a muchos clubes a buscar ingresos inmediatos a través de patrocinios relacionados con las apuestas. Las formas son diversas: logotipos en las camisetas, vallas publicitarias en los estadios y derechos de denominación de las ligas, con porcentajes que en algunos países superan el 70 %. También en Chile la situación genera debate.
Tras la sentencia del Tribunal Supremo que prohíbe los sitios de juego no autorizados, la presidenta de la Asociación de Casinos de Chile, Cecilia Valdés, comparó los patrocinios deportivos con formas de promoción de drogas. Los clubes, entre ellos Cobresal, Coquimbo Unido, Everton y Ñublense, respondieron con un comunicado conjunto, calificando las acusaciones de «exageradas» y reafirmando la legitimidad de sus acuerdos, que apoyan programas juveniles e iniciativas comunitarias. Según los directivos, una prohibición total amenazaría la estabilidad financiera del fútbol chileno, reduciendo su competitividad y atractivo internacional.
La controversia pone de relieve la tensión entre la sostenibilidad económica y la responsabilidad social: si bien las apuestas proporcionan recursos vitales, aumentan los riesgos de adicción y los debates normativos, lo que convierte al fútbol chileno en un reflejo de los retos ya conocidos en Europa.