En las páginas de la historia del automovilismo, pocos nombres resaltan en el contexto sudamericano tanto como el de Eliseo Salazar. No sólo por su calidad como piloto o por sus logros a nivel mundial, sino también por ser el único chileno que ha tenido la distinción de competir en la Fórmula 1.
Los inicios de un piloto multidisciplinar
Eliseo Salazar nació el 14 de noviembre de 1954 en Santiago de Chile. Desde temprana edad, demostró un interés profundo por el mundo de los motores, iniciando su carrera en turismos de baja cilindrada. Su talento innato para el deporte de las cuatro ruedas se manifestó rápidamente, merced a un gran rendimiento en distintas categorías: desde los monoplazas a los turismos, pasando también por los rallys.
Hasta finales de la década de los 70, Salazar se mantuvo en los campeonatos regionales sudamericanos. Entonces, dio el salto a Europa, en la búsqueda de mejores competidores, pero también con una idea en mente: llegar hasta la Fórmula 1. Salazar demostró estar a la altura de las circunstancias, y es que en el Masters de Fórmula 3 logró alcanzar la quinta plaza, en una parrilla poblada por pilotos de la talla de Alain Prost, Nigel Mansell, Thierry Boutsen o Andrea de Cesaris.
El camino a la Fórmula 1
Los logros de Salazar en las categorías inferiores no pasaron desapercibidos. Tras su gran rendimiento con los F3, Salazar tuvo su primera oportunidad con monoplazas de Fórmula 1… pero fuera de la categoría reina. En estos años, existía la Fórmula Aurora, una categoría que empleaba monoplazas antiguos de Fórmula 1. Sus resultados, a lomos del Williams FW07, llamaron la atención del equipo March Grand Prix, que le puso en uno de sus monoplazas en 1981.
Pese a que Salazar tuvo algunas actuaciones destacadas con monoplazas bastante poco competitivos, el momento más destacado de nuestro paisano no fue una carrera impresionante. En el Gran Premio de Alemania de 1982, Nelson Piquet lideraba la carrera, hasta que al intentar adelantar a Salazar, que estaba una vuelta por detrás, sufrieron un contacto que dejó a ambos fuera de carrera. El piloto brasileño no se lo tomó de la mejor manera, tratando de golpearle en el calor del momento.
Más allá de la F1: una carrera versátil
A mitad de la campaña de 1983, Eliseo Salazar se quedó sin dinero para seguir manteniendo su asiento en la Fórmula 1, pero inició un camino mucho más interesante. El de Santiago trató de encontrar una carrera, y lo hizo en dos mundos distintos: los óvalos estadounidenses y los rallyes.
Como bien es sabido por los aficionados del automovilismo mundial, las cuatro grandes pruebas que vemos habitualmente en las apuestas deportivas online son las 24 Horas de Le Mans, las 500 Millas de Indianápolis, el Gran Premio de Mónaco y el Rally Dakar. Estas pruebas son de gran calado y, por ende, mueven pasiones entre los fans de los coches.
Lo que pocos saben es que, gracias a su versatilidad, Salazar fue el primer piloto en competir en las cuatro pruebas. Solo recientemente Fernando Alonso ha conseguido igualar este hito, aunque él añade a su palmarés el haber ganado en Mónaco y Le Mans.
Gracias a su rendimiento en rallys, Salazar ha conseguido prolongar su carrera deportiva muy por encima de lo esperado. En el año 2012, ya con 57 años, se inscribió en el Rally de Argentina, prueba puntuable para el Mundial de Rallyes. Si bien no logró pasar de la 12.ª posición final, el resultado fue conseguido todo un éxito, dada su edad y el tiempo que llevaba sin competir al más alto nivel.