Esta semana se dio a conocer el duro castigo contra Universidad Católica, luego de los incidentes protagonizados por su barre en el partido ante Ñublense en el Estadio Santa Laura el 26 de agosto pasado por el Campeonato Nacional.
Y ahora, Cruzados SADP, concesionaria que administra a Universidad Católica, informó su decisión de presentar una apelación al fallo de la Primera Sala del Tribunal de Disciplina que obliga al club a jugar a puertas cerradas su próximo partido contra Magallanes.
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«Esta apelación no solicitará la orden de no innovar, por lo que el partido de este domingo 24 de septiembre ante Magallanes se deberá jugar sin público», señalaron por medio de un comunicado desde la institución.
Mencionando que la idea de Cruzados apunta a que la Segunda Sala fije un criterio en relación a las «circunstancias en que corresponde aplicar la exención de responsabilidad a los clubes tal como lo establece el Código de Penalidades».
Además, esperan que se pueda «aplicar otras sanciones distintas de jugar a puertas cerradas en aquellos casos en que los clubes demuestren el cumplimiento sustancial de las medidas de seguridad establecidas por la autoridad».
