Luis Pettersen y Paola Correa hicieron lo imposible por acaparar la atención de los medios y que así no se bajara la guardia en la búsqueda de Fernanda Maciel, lo que finalmente dio resultado.

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Todo fue gracias al asesor del FBI radicado en Estados Unidos, Carlos Gutiérrez, quien en una visita a nuestro país se enteró del caso por la prensa y, de vuelta en EE.UU., se contactó con la madre de la joven y se dispuso a ayudar. Posteriormente, trajo equipamiento tecnológico que le permitió dar con el cuerpo de Fer y su hija.

Sin embargo, mucho antes de eso, en febrero de este año para ser exactos, el vidente chileno Ismael Torres, en una de sus visitas al matinal «Bienvenidos», había dado claras luces de las características de las personas que atacaron a Fernanda.

En ese momento, dijo que vio a Fernanda forcejeando con dos sujetos, y que uno de ellos ahora estaba diferente. «Uno de ellos está cambiado, no es que haya sido cirugía. Yo creo que engordó», expresó.

Pero eso no es todo, ya que en un video publicado posteriormente -en el mes de abril-, el hombre hizo un llamado al Ministerio Público para realizar diligencias en la casa-bodega ubicada en Conchalí, a solo unas cuadras del domicilio de la joven.

En ese instante, dijo que la joven se encontraba «en una de las piezas a ras de piso, ahí está la clave para, de una vez por todas, terminar con el caso de Fernanda Maciel».

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Otra mujer que entregó detalles sobre la desaparición y el paradero de Fernanda fue la mexicana Deseret Tavares, quien dijo que «el hombre que vivía al lado de la casa de ella, que le llevaba regalos, era la persona con la que ella estaba involucrada, y él es el que cometió este crimen», reveló, aludiendo a una relación paralela entre la joven y el ahora imputado.

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