«Luego de la sorpresiva muerte de Diego Maradona, a sus 60 años, comenzaron a aparecer diferentes aristas en torno a la partida de uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, entre ellas, la millonaria herencia del ex futbolista.

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Cabe recordar que en 2019, Maradona dijo que «»les digo a todos que no les voy a dejar nada, que voy a donarlo. Todo lo que corrí en mi vida lo voy a donar»», pero el Diario La Nación de Argentina destacó que por la «»legitimidad de los herederos forzosos»» del Código Civil, sus hijos y esposa legal deben recibir una herencia por obligación.

Entre los bienes que poseía Maradona destacan cuatro vehículos en Argentina y dos en Dubai: un Rolls Royce Ghost de 300.000 euros (275 millones de pesos aprox) y un BMW i8 de 145.000 euros (133 millones de pesos aprox).

El trasandino además es dueño de un anillo de brillantes de 300.000 euros (275 millones de pesos) y un tanque anfibio, bienes que están en Bielorrusia y datan de su breve etapa como presidente honorario de Dínamo Brest.

Ahora, si hablamos de las propiedades del ex jugador de fútbol, tiene al menos cinco en Argentina, además de las que posee en otras latitudes, entre las que se cuentan un departamento en Segurola y La Habana, en Villa Devoto, más otro en el mismo barrio; un departamento en Puerto Madero; una casa en Nordelta en la que viven sus hermanas; y una casa en Bella Vista que adquirió y se la cedió a su ex pareja Rocío Oliva y su familia. 

«»Entre los contratos actuales que Diego mantenía, se destacan el acuerdo salarial (más ganancias por sponsoreo) en Gimnasia como entrenador, su vínculo con Puma como marca deportiva y con Konami y EA Sports para la utilización de su figura en los videojuegos de fútbol. También poseía escuelas de fútbol que llevan su nombre en China, diversas inversiones en Cuba y negocios en Italia»», señala el medio antes citado.

Debido a todo lo anterior, la fortuna de Diego Maradona es incalculable, por lo que la Justicia deberá determinar cómo será la repartición entre sus ocho hijos, cinco de ellos reconocidos públicamente, más tres que viven en Cuba y cuyos nombres son una incógnita.»