El nuevo rostro de la televisión que fue acusado de ejercer en el pasado conductas impropias, hoy en día consideradas acoso y abuso sexual, es Fernando Villegas.

Ayer te contábamos del reportaje publicado en The Clinic, donde algunas maquilladoras que trabajaron con él en Chilevisión habrían manifestado en su momento, ante los ejecutivos del canal, sentirse muy incómodas por el comportamiento del panelista de «Tolerancia Cero».

Sin embargo, él no dudó en bajarle el perfil a estas denuncias. «Se subieron al tema del feminismo y ellos saben mejor que nadie que el asunto no tiene ningún fundamento, porque llamaron al canal y hablaron con gente que estaba trabajando conmigo y eran testigos de lo que yo hacía… Es lo que hacen millones de chilenos y millones seres humanos en todo el mundo, que es echar la talla y de repente piropear a una niña. Eso era todo”, dijo ante las cámaras del matinal «Bienvenidos».

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Aunque las acusaciones causaron la suspensión de sus espacios en Radio Agricultura, Villegas no manifestó ningún atisbo de arrepentimiento.

Sin embargo, mientras analizaban su caso en el programa matutino de Canal 13, fue la periodista Monserrat Álvarez quien sorprendió con su testimonio, pues relató que, dentro del canal, tanto ella como otras mujeres hablaban del comportamiento inapropiado del comentarista de actualidad.

“Cuando vi a Villegas en el estacionamiento, me tenía que dar la vuelta para no entrar con él al ascensor (…) Yo y muchas de las compañeras nos sentíamos súper incómodas”, admitió.

Álvarez explicó que, en su caso, no denunció antes estos episodios por miedo a “parecer cartucha” y quedar de tonta. “No me atreví porque, ¿sabes qué te da miedo que te digan?; ‘Ay, que eres cartucha, Monse’. Por tonta, la verdad. Por no empoderarse con este tema”, dijo.

Su colega, Polo Ramírez también se sumó a las críticas, explicando que, participando del mismo entorno de trabajo de Villegas, conocía este tipo de comportamiento. «Había alusiones vulgares y desagradables… Fui testigo de la incomodidad, el desagrado y la sensación de haber sido violentadas que sentían muchas mujeres que le hacían el quite a Fernando Villegas», explicó.

Posteriormente, en un nuevo debate, Monserrat dio a conocer la experiencia de una amiga muy cercana que tuvo que entrevistar a este personaje para una revista de papel cuché. Ella acudió con falda, y él le miró las piernas todo el tiempo. La hizo subir una escalera de caracol porque quería hacer unas fotos en la terraza. En la escalera se puso tras ella a decirle cosas al oído, y por eso la mujer prefirió hablar con su editora al respecto para decirle que no quería publicar, pues se había sentido muy incómoda con el encuentro.

«La directora le dijo a mi amiga: ‘Qué importa, si Villegas es un rupturista. Eso es parte de su rupturismo'», contó Álvarez, para luego agregar que «estos hechos son difíciles de ‘denunciar’. Uno no va a la justicia. Es un tema que tiene que ver con el ambiente laboral. Puedes atreverte o no a decírselo a un jefe o una jefa… Una como mujer sentía que encontrarte con un viejo verde en la oficina era parte del costo de ser mujer. Era algo que te tocaba en la vida. Esto se asumía», finalizó.