En una nota anterior, te contábamos que el estreno de «Casa de muñecos» -la sucesora de «Perdona nuestros pecados» en Mega- promedió 28,5 puntos de rating, dejando conforme al canal que viene liderando en sintonía hace bastante tiempo en el horario prime.

El debut de la nueva nocturna estuvo marcado, sin duda, por el talento y desparpajo de Gabriela Hernández, quien da vida a Nora Elizalde, una mujer que a sus 75 años decide separarse de su marido, que es 100% dependiente de ella. Se va a la playa y desde allá protagoniza un osado topless, ya que decide tomar sol al desnudo, sola y también acompañada por sus amigas.

Esta escena generó varias reacciones en redes sociales, y sobre eso conversó la actriz con el diario Las Últimas Noticias.

«Yo viví en Ibiza. Allá tomaba el sol en pelota jajaja… No entiendo por qué el cuerpo humano debe ser algo prohibido porque uno está más viejo. Da lo mismo si se es joven o niño. Jamás pensé que el cuerpo era algo prohibido», partió señalando la intérprete, que fuera de la ficción tiene 79 años.

Y agregó: «Si hay gente a la que le moleste ver a alguien mayor desnudo, que se acostumbre pues. En este país hay unas expectativas de longevidad enormes. Vamos a llegar todos a muy viejos y vamos a querer que se nos acepte tal cual somos».

Para Gaby Hernández, en nuestro país existe un tema de ‘falso pudor’ que establece que hay edades para cada cosa, y que el comportamiento de las personas debe ser de acuerdo a eso. Según ella, esto es una exageración, pues ha vivido fuera de Chile gran parte de su adultez, y tomar sol en topless es algo mucho más normal afuera.

En cuanto a su papel en la nueva apuesta de Mega, la actriz asegura que se siente afortunada. «Nora despierta por fin a los 75 a la igualdad de género. Por suerte yo la interpreto desde que se da cuenta de que debe liberarse», contó a LUN.

Y finalmente aseguró que «si hubiera tenido que hacerla antes de que ella decidiera separarse, me habría tenido que poner en el lugar de personas que conozco, pero que no son mis amigas. Una elige a sus pares. Jamás en mi vida he tenido amigas que vivan esclavizadas por sus maridos o sus familias».