Un divertido ejercicio de ficción realizó el diario La Cuarta. Simbólicamente, viajaron a los años ’50 y entrevistaron a la revolucionaria del momento: María Elsa Quiroga, quien se refirió a los pecados cometidos en la teleserie nocturna de Mega.

La protagonista de la apuesta dramática que lidera la sintonía —marcando cerca de 30 puntos de rating a diario—, aseguró que «es bueno que la gente comprenda que soy una niña. Me tocó transformarme en mujer muy pronto; me han pasado cosas muy fuertes: la pérdida de mi hija y me obligaron a casarme con un hombre (Horacio) que no amo».

La chiquilla aseguró que ama al sacerdote, pero si no están juntos de manera oficial fue porque él así lo decidió. En medio del sufrimiento por vivir en una mentira, la hija de Armando Quiroga reflexiona sobre su presente en «Perdona nuestros pecados».

«Solo estoy aferrada a mis dos hijos que amo, Benito y Pedro, quienes son mi soporte. Nunca puedo estar bien, se me hace insostenible tener a Reynaldo de amante», agrega.

 

Respecto a las críticas que recibe por parte de los tuiteros en cada capítulo de la teleserie, María Elsa se defiente: «Soy una adelantada a mis tiempos. Estoy decepcionada de la iglesia y de Dios, porque me quitó a mi amor y además me quitó a mi hija. No me vale de nada la voluntad divina».

 

 

A lo largo de su historia en Villa Ruiseñor, hemos visto al personaje de Mariana Di Girólamo en amoríos con tres galanes: Camilo Corcuera, el padre Reynaldo y Horacio Möller. Por eso, y en contexto con la época, es muy mal visto que una señora de buena familia se comporte de manera tan promiscua.

«No sean conservadores, no soy suelta. Si fuera un hombre no dirían eso, lo celebrarían», se justifica ella.

 

Sobre la traición de su marido y su mejor amiga, María Elsa se lo toma con liviandad. «Lo de Augusta y Horacio es porque no lo amo, si no tuviéramos este acuerdo de libertad, me podría enojar, pero así no. Nos dijimos alguna vez a los ojos que nos amábamos. Cuando estábamos en Europa, pasaron cosas, hay hijos… Creímos que estábamos un poco enamorados, pero de regreso a Chile todo se acabó», aclaró finalmente.