Desde que se dio a conocer la polémica separación entre María Eugenia Larraín y su entonces esposo Marcelo “Chino” Ríos, han pasado 13 años. Donde la fotografía de la modelo en silla de ruedas ingresando a nuestro país, sigue siendo recordada en los medios.

En el matinal «Hola Chile» de La Red, la numeróloga se refirió este viernes, al doloroso proceso de su quiebre matrimonial y desclasificó detalles desconocidos de aquel día que volvió a Chile luego de sufrir un accidente en Puerto Rico.

Recordemos que en aquella ocasión Kenita Larraín estaba esperando en el auto a Chino Ríos, mientras él visitaba a su ex pareja. Sin embargo, el ex tenista estacionó el vehículo en una pendiente y no le puso el freno de manos, por lo que éste comenzó a retroceder a gran velocidad. Debido a esto la modelo se vio obligada a saltar, provocándose heridas en las piernas.

«Todos se las dieron de médico opinando, como que yo lo estaba inventando. En la Clínica Las Condes me dejaron hospitalizada en cuidado intermedio por las lesiones que tenía», señaló la modelo en el matinal de La Red.

Contexto en el que destacó que en esa ocasión no solo sentía dolor físico, sino que también emocional por la difícil separación que estaba enfrentando. Agregando: “Yo no llegué a Chile en silla de ruedas”.

«Llegué al aeropuerto saltando en un pie, porque había una rodilla que me dolía mucho por las heridas», continuó recordando la modelo, quien además aclaró que le facilitaron la silla y se levantó el pantalón porque le ardía esa zona de la pierna debido al roce con la tela.

Pero a más de una década de esta separación, Kenita hoy reconoce que con Marcelo Ríos eran muy distintos. «Aún así me casé con él. No digo que sea una mala persona, simplemente digo que no tenemos nada en común (…) Ahora lo veo como un extraño», reveló.

Luego comentó que según su percepción, ambos soñaban con tener familia, pero no eran las personas indicadas la una para la otra para llevar a cabo este proyecto. “Había que estar más consciente de las decisiones que uno tomaba”, afirmó.

«La separación fue uno de los momentos más dolorosos, fue terrible. Había apostado a hacer mi familia, di el paso para casarme. Era otra oportunidad que me daba la vida, pero tampoco resultaba», sentenció sobre este tema Kenita Larraín, confesando además, que luego de esto, aprendió mucho sobre la vida.