Aunque parece sencillo, lavar el cabello es muy importante para tener un buena salud capilar y fomentar el crecimiento del pelo. Si bien los pasos a seguir son el champú y acondicionador; la temperatura del agua juega un rol fundamental a la hora de lavar el pelo, aunque pocas veces le prestemos atención a esto.
Lavar el cabello con agua caliente
Las ventajas de lavar el cabello con agua caliente es que ayuda a quitar la suciedad acumulada, esto porque el calor abre los poros y también las cutículas del pelo. Un lavado con agua caliente ayuda a quitar la grasitud del pelo y la suciedad del cuero cabelludo.
Pero los contras se relacionan con que aumenta la porosidad del cabello, porque si bien ayuda a quitar la grasa incrustada, también provoca una melena con poros y quebradiza.
El calor del agua además genera vapor y esto a su vez provoca el odiado frizz; donde la mejor manera de liberarse del frizz es de humedad, pero el agua caliente la elimina barriendo de paso los aceites naturales.
Lavar el cabello con agua fría
Las ventajas de lavar el cabello con agua fría es que cierra los poros del pelo, evita la suciedad y también la acumulación de grasa en el cuero cabelludo. De modo que el agua fría retiene el sebo del pelo, quitando el frizz.
Además el agua fría entrega brillo al pelo, ya que lo ayuda a alisar cerrando las escamas de las cutículas, entregándole un brillo fantástico. Ahora bien los contra de lavar el pelo con agua fría es que le quita volumen y movimiento, aplanando el pelo.
Si la textura del pelo es fina y muy lisa, lo mejor es usar agua tibia, pero si el pelo es crespo un enjuague sin vapor ni calor es perfecto. Además se puede desenredar el pelo con agua tibia nunca caliente para no quemar el cuero cabelludo y enjuagar el pelo con agua fría para tener un buen lavado de pelo.
Conoce la forma correcta de lavar el cabello
