Las etapas de la adolescencia parecen estar acompañadas de frases como no me importa o porque molestarse en nuestros hijos, una aptitud que se refleja en sus estudios, tareas y responsabilidades. Los adolescentes se niegan a hacer cualquier tarea, dicen que son una estupidez. Es casi común que digan que no necesitan ni siquiera ir a la escuela.
Como tratar a hijos adolescentes
Los especialistas señalan que los padres se sienten frustrados con este tipo de actitudes por parte de sus hijos. Debemos considerar que muchos adolescentes tienen lo que se denomina la mentalidad de un soñador, y creen que un lograran en su futuro un trabajo emocionante, que pague mucho pago sin esfuerzo, por lo que el tener buenas calificaciones en la escuela realmente no es necesario.
El peligro es que los adolescentes utilizan esa fantasía para justificar su actitud. Generando un conflicto por el poder, probablemente querrás que él o ella escuchen nuestros discursos sobre mejorar su actitud, sin embargo, esto no sucederá. No importa cuán grande o basado en la realidad estén nuestros argumentos, no podemos forzar a nuestro hijo a pensar de la manera en que lo hace el mundo, el no adoptara nuestras perspectivas y no tomara en cuenta nuestra experiencia. Los adolescentes a menudo tienen una actitud apática o despectiva sobre las cosas que no quieren hacer. Cuando buscamos cambiar esta actitud, lo que en realidad reflejamos es solo frustración.
Debemos aprender como padres a ignorar la actitud apática, y hay que concentrarse en el comportamiento de nuestro hijo. Debemos dar a conocer lo que esperamos de ellos en casa, cuales son las reglas y cuáles serán las consecuencias si no cumplen con ellas.
Un ejemplo de esto es cuando responden que el realizar sus deberes escolares es una estupidez. La manera de abordar estos problemas es comprendiendo a nuestro hijo y comentarles que conocernos que estos actos le parecen estúpidos y no tiene por qué disfrutar de ellos, pero que debe terminarlos, que él conoce las reglas y que no tendrá acceso a algo que disfruta sino completa sus deberes.
La responsabilidad como padres es ayudar nuestros hijos a que aprendan las habilidades necesarias para que logren recorrer su camino en el mundo, no forzarlos a pensar como adultos.