La semana pasada, los seguidores de «Juegos de poder» presenciaron fuertes escenas que causaron diversas reacciones en redes sociales, pues Florencia finalmente les reveló a sus padres que había sido abusada sexualmente por su tío -personaje de Claudio Arredondo-.

Posterior a eso, Benjamín Bennet, quien fue criado por Matías como un padre (aunque en realidad es hijo biológico del candidato Mariano Beltrán), recordó un traumático episodio de la infancia, ya que también fue víctima del pedófilo.

Lee aquí: La dramática escena en la que Benjamín recordó que fue abusado por Matías en «Juegos de poder». 

Por lo mismo, el personaje de Álvaro Rudolphy decidió cobrar venganza, torturando al arquitecto no solo con una brutal golpiza, sino también con el ataque de un agresivo perro al interior de una jaula.

Aunque Matías Bennet fue salvado por Pilar Egaña, lo cierto es que las escenas resultaron bastante sangrientas. Según consigna el portal de Mega, esto se grabó de una fábrica de Huechuraba, y los animales estaban adiestrados por la empresa Lobo Urbano.

«Esas escenas siempre son difíciles porque implican mucha concentración y mucho esfuerzo físico», señaló Claudio Arredondo, y además agregó que «había simulación de golpes y hubo que repetir varias tomas, entonces todo eso genera un gran cansancio físico».

El intérprete comenta que trabajó un día completo en esa parte de la teleserie, teniendo en claro que era algo complicado emocional y físicamente. «Con concentración y la ayuda de todos los compañeros que estaban ahí, se pudo hacer muy bien», aseguró.

Y luego entregó más detalles: «Por ejemplo, el utilero me pasaba agua cada cinco minutos y todos estaban muy enchufados en lo que estábamos haciendo. De verdad que es un trabajo en equipo, todos remamos para el mismo lado y eso permitió tener buenos resultados».

Respecto al trabajo con los perros, Claudio Arredondo aseguró tener mucha confianza con estos animales, lo que le ayudó mucho a la hora de grabar con ellos.

«De todas maneras trabajamos con una parka gruesa por si pasaba algo y el adiestrador estaba ahí e iba a reaccionar inmediatamente si algo se salía de los planes», confesó. Además, los primeros planos del ataque fueron hechos precisamente con el adiestrador, Patricio Fernández, como el doble del actor.

«Hay que tener claro que no hay que demostrarle nervios o miedo al perro, y eso me pasó a mí. Jamás demostré temor y es que, además, toda mi vida he vivido con perros. Eso sí, terminé muy cansado. Luego de grabar esas escenas tuve teatro y llegué a la casa destruido, muerto. No quería hacer nada más por ese día», concluyó.