Ayer, les contamos que Nano Calderón será formalizado este martes por el delito de parricidio frustrado, luego de atacar a su padre, el abogado, Hernán Calderón.

Recordemos que el joven de 23 años se mantenía prófugo de la justicia, pero el lunes se internó a una clínica psiquiátrica en La Reina, donde posteriormente llegó personal de OS-9.

Contexto en que una de las pruebas con las que cuenta el Ministerio Público son dos vídeos que muestran al hijo de Raquel Argandoña a la entrada y salida del edificio de su padre y que fue revelado esta madrugada por Radio Bío Bío.

Los hechos fueron relatados de la siguiente manera, según la publicación del medio antes citado: «Pasada las 4 de la tarde, Nano, abordó el ascensor del departamento donde vive Hernán Calderón, en Las Condes. Vistiendo jeans, una polera amarilla, zapatillas, un bolso y una mascarilla negra, marcó el piso y las puertas se cerraron. Todo esto mientras habla por celular y, antes de bajar del ascensor, se mira al espejo y revisa sus bolsillos».

Luego, comienza la agresión del joven al abogado. Sin embargo, tras abandonar el departamento de Hernán, llama la atención que Nano se retira como si nada hubiese pasado, ya no lleva el bolso que antes portaba y además, su polera va ensangrentada.

El joven sube al ascensor y se toma una selfie y pareciera que luego la envía por WhatsApp. 

Cabe mencionar que ambos registros fueron tomados por su hermana Kel Calderón, filmando la pantalla de una computadora. Al hacerlo comentó con dolor: «Es que la imagen de la selfie con la sangre de su papá es una hueá que creo nunca voy a poder olvidar».

Mira el video:

 

Recordemos que ayer, el abogado ya había hablado de estos detalles que se pueden ver en el video: “Después de haberme apuñalado yo esperaba ver a un hijo a lo menos afligido por la gravedad de los hechos, nada más distante de la imagen que aparece en el que él primero se mira a un espejo del ascensor, luego posa mostrando las manchas de mi sangre sobre su ropa y procede a tomar una fotografía de sí mismo con su trofeo: mi sangre en sus brazos, y luego parece enviar la fotografía a alguien, como si reportara su labor”.