Aprende a controlar tu ira y mejora tu relación de pareja

Controlar tu ira parece ser una tarea difícil cuando ese sentimiento de enfado, rabia y enojo se apodera de ti, como respuesta ante ciertas situaciones que te hacen perder el control. Cuando no tenemos un control de la ira esto termina afectando nuestras relaciones sociales, familiares y amorosas, porque quienes están a nuestro alrededor terminan sufriendo las consecuencias de las palabras que muchas veces decimos con ira y sin sentirlas de verdad.

Aunque la ira puede ser la respuesta de situaciones como; no cumplir nuestros objetivos, que alguien nos intente dañar o que las cosas no ocurran como esperamos. Lo cierto es que esta es una respuesta normal en todas las personas que les permite defenderse ante ciertas situaciones, pero cuando se sale de control, lo cierto es que nada bueno ocurre de esto.

Controlar tu ira y encontrar paz interior

Si estás leyendo esto, de seguro muchas veces intentaste controlar tu ira con malos resultados, ya que a pesar de decir siempre que no volverás a actuar descontroladamente, esto vuelve a suceder; esto porque en el fondo no estás asumiendo que tienes un problema para controlar la ira.

Una vez que se asume el problema se pueden seguir 4 pasos para controlar la ira:

El primero de ellos es descargar el exceso de energía, esto porque cuando se produce una frustración se genera un aumento repentino de adrenalina en el torrente sanguíneo y esto produce un exceso de energía para responder con la amenaza que provoca la ira. Por eso lo primero es deshacerse de ese exceso de energía antes de actuar, y al primer momento en que nos damos cuenta que estamos invadidos por la ira, debemos hacer algo que baje los niveles de descontrol como; dar un paseo, dar un grito o golpe donde nadie nos vea, o dejar pasar el tiempo para que la adrenalina se diluya.

meditar

Nunca se debe descargar la ira hacia la persona, animal u objeto con la que se esté enojado, ni tampoco reprimir la ira, porque esto provoca enfermedades; el primer paso es dejar que esta se diluya a través de actividades que la disminuyan un poco.

El segundo paso es dialogar con la otra parte, cuando se está más sereno es tiempo de hablar con la otra persona, donde se analizan los hechos y se explica lo que sentimos. La clave para controlar tu ira es jamás descalificar a la otra persona ni atacarla, el objetivo del segundo paso es dialogar y no castigar a la otra persona; nada que sea reproche o descalificativos está bien para poder hablar sobre lo que sentimos.

El tercer paso es negociar la solución al conflicto, siempre que la otra parte esté de acuerdo es bueno negociar y llegar a una solución para el conflicto; esto es muy bueno en las relaciones de pareja, pero siempre evitando dar advertencias como «esta es la última vez que aguanto esto…», «no toleraré más esto..» porque solo abre nuevamente el espiral de ataque, ira, ataque.

conversar con la pareja

El último paso es la reflexión y ver en que ha servido el enfado, muchas personas utilizan el enfado para castigar a su pareja y esto no está bien. Ninguna acción que haga sentir mal a la otra parte está bien, siempre es bueno aclarar la situación pero con buenas palabras; el irse y dar un portazo también es una mala forma. Lo que sí es bueno es simplemente irse pero sin signos de violencia o gritos, irse tranquilamente para que la situación se calme.

El aprendizaje tiene que ver con ir disminuyendo la ira con cada enojo, por eso es bueno repasar los 3 pasos anteriores y ver en que se puede mejorar para la vez siguiente donde ocurra un nuevo enojo. Pero el último paso es el que muchas personas olvidan, porque una vez que solucionan el problema con la otra persona, olvidan reflexionar y solucionar aquello que internamente están haciendo mal, la reflexión posterior ayuda al cerebro a hacer nuevas conexiones neuronales para reforzar y facilitar el cambio de hábitos en el control de la ira.