Se puede tener más energía en el día gracias a una dieta equilibrada, esto porque los alimentos influyen mucho en nuestro estado de ánimo, rendimiento y cantidad de energía que tengamos durante la jornada. Para esto se debe prestar atención a los nutrientes de los alimentos, calorías y las porciones.
También algunos hábitos a la hora de comer nos pueden ayudan a tener un mejor rendimiento, mejor ánimo y mayor energía.
Aunque también puedes conocer algunos tips para comenzar la semana con energía
Tener más energía con una dieta equilibrada
1.Empezar el día con un desayuno; no es necesario tener hambre para desayunar, ya que el desayuno es la comida principal para tener más energía, por eso no se puede omitir durante la mañana. Ayudando a que el metabolismo se ponga en marcha y enviando señales al cerebro y al cuerpo para que comience a funcionar.
Lo ideal es consumir carbohidratos y proteínas, pudiendo comer tostadas integrales con mantequilla de almendras o un pequeño tazón de leche baja en grasas y cereales.
2. Comer alimentos nutritivos; para mantener un cuerpo energizado debemos comer alimentos con muchos nutrientes, donde algunas opciones son las frutas, verduras, granos enteros, legumbres, frijoles, semillas y frutos secos. No es bueno comer panes refinados, alimentos grasosos o fritos, bocadillos, dulces o postres porque tienen muchas calorías y un pobre valor nutricional.
3. Platos con colores; es bueno comer alimentos de una gran variedad de colores como verduras y frutas, encontrando en esta clasificación fresas, zanahorias, tomates, calabaza, naranjas y espinacas por mencionar algunos alimentos.
4. Comer a menudo; también es bueno para tener más energía, debiendo comer cada 3 a 5 horas organizando las comidas y los snack. Se puede optar por dos o tres comidas grandes y dos aperitivos o comer 5 porciones de comidas pequeñas durante el día, esto ayudará a mantener constante la presión de la sangre y el nivel de energía elevado.
5. Beber más agua; el cuerpo humano no puede almacenar agua por eso es necesario reponer los líquidos de forma constante, ya que estos se pierden a través del sudor, orina y otras funciones corporales. Por eso algunas personas cuando tienen una deshidratación leve se sienten más cansadas o débiles, con un estado de ánimo bajo, dolor de cabeza y poca concentración.